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Acudo a este medio masivo con el anhelo de concientizar a las personas que tienen en sus manos el futuro económico de mi familia, y a la sociedad salteña. Soy hija del taxista Osvaldo Reimundo Laci, quien se ha visto gravemente perjudicado por el episodio que supuestamente ocurrió dentro del taxi de su dominio. Paso a contar cómo hemos vivido en este tiempo en el cual mi padre no ha podido trabajar por tener suspendida su licencia. Mi padre está anímicamente mal y depresivo por no poder aportar económicamente en el hogar, como lo hacía. Hoy estamos endeudados por las cuentas que no podemos pagar y no podemos tampoco satisfacer las necesidades diarias de la familia.
Pido a las autoridades que esta situación sea resuelta, ya que mi padre tiene derecho a trabajar, y no nos olvidemos que el trabajo dignifica al hombre.
Romina Judith Laci
Ciudad