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Los datos encienden interrogantes: ¿cómo hacen las salteñas para ser más efectivas que los varones en el estudio?
¿Cómo hacen las mujeres para ser más efectivas al momento de estudiar? ¿Son más persistentes?, ¿o acaso son más inteligentes? Lo cierto es que ellas le taparon la boca al histórico machismo y demostraron que saben más de matemáticas, lengua, derecho y otras ciencias.
Si alguien se detiene a analizar cuál es el sexo de los profesionales mayores de 50 años, se dará con que la mayoría es varón. Sin embargo, en los últimos años, las mujeres lograron revertir esa tendencia y ahora son las que más egresan de las universidades. Además, es frecuente que las cenas de egresados y el viaje de quinto año queden bajo su decisión final. Es que la platea femenina conquista más títulos del nivel medio que sus compañeros.
Otro dato importante es que, incluyendo los abultados casos de embarazos adolescentes, un 84% de las salteñas, de entre 15 y 17 años, asiste al secundario contra el 80% de los jóvenes de esa franja. En síntesis: abandonan menos sus estudios.
En la provincia, ellas son la mitad más uno (51% de la población). No conformes con eso, fueron por más y estiraron la brecha en la formación académica.
De las 30.083 personas mayores de 20 años que aseguraron tener título universitario, el 53% tiene nombres como María, Juana, Adriana, Cristina, Florencia y Estefanía, entre otros. Los últimos datos del censo 2010 demuestran que ellas tomaron la delantera.
Al parecer no son frases sueltas las que remarcan que las mujeres van tomando más protagonismo en la sociedad. El nivel de educación, que marca el camino para los mejores puestos laborales, devela que el desgranamiento es más fuerte entre los muchachos.
Los encuestadores preguntaron: ¿Alguna vez asistió a clases? ¿Qué nivel alcanzó? El 17% de los varones que pisó un aula reconoció que no finalizó el primario, mientras que el 15% de las damas dio esa respuesta.
Solo en el escalón del primario completo los hombres sacan una diferencia favorable: el 26% concluyó contra el 23% del sector femenino. En el currículum, el 20% de los varones y el 18% de las mujeres colocaron secundario incompleto. Las cifras confirman que ellos pegan el portazo antes de la cena de egresados.
En la única maternidad pública de la capital salteña, el 23% de los partos corresponden a mujeres menores de 19 años.
El embarazo adolescente limita la continuidad de la asistencia a clases, pero muchas no tiran la toalla y hacen más esfuerzo para aprender.
Una mirada en el nivel terciario refuerza el panorama. De todas las mujeres que aseguraron tener algún nivel de instrucción, el 9% mostró el título del terciario. Los caballeros llegaron al 4%. En el rango universitario, la cifra es 5% contra 4%, respectivamente.
En la UNSa, en las carreras de Nutrición y Enfermería, que están entre las más elegidas, es común encontrarse con una abrumadora mayoría femenina. Y, una vez más, ellas se animan a dar batalla con los libros y cálculos de ingeniería, informática y otras ciencias duras.
Mínimo crecimiento en la inclusión educativa
En la última década hubo un leve avance en la inserción e inclusión educativa de los adolescentes de toda la provincia. El censo de 2001 marcaba que el 79% de los jóvenes (ellos y ellas) de entre 15 y 17 años asistía a clases. Para fines del 2010 el Indec determinó que 81% lo hacía de manera constante.
En las escuelas públicas dicen que el empuje lo dio la obligatoriedad del nivel medio y el beneficio de la asignación universal por hijo. Para cobrar el subsidio hasta los 18 años de sus hijos los padres deben enviarlos a la escuela. Un indicador más que alentador es que el 99% de los niños y niñas salteños de entre seis y once años forman parte del sistema educativo primario y del nivel inicial. Diez años atrás, el 98% presentaba esta situación.
Si bien el avance es mínimo, y está entre los márgenes de error estadístico, el 100% de esa franja etaria está muy cerca.
Entre 2001 y 2010, el censo sumó casi 11 mil egresados de las universidades. En plena crisis económica, Salta tenía 19.125 profesionales de diferentes áreas.
En ese entonces, el 71% pertenecía a las ramas tradicionales de ciencias económicas, salud y medicina, derecho y ciencias jurídicas.
Esta semana el Indec solo se limitó a señalar que en Salta hay 30.083 que completaron el nivel superior. Los resultados del censo nacional de población, hogares y viviendas se comparten a cuentagotas, pese a que el Gobierno nacional había prometido que la información sería procesada en menos de un año.
Sin información
Aún no se sabe la cantidad de habitantes que hay por cada municipio. En la base de datos solo figura población por departamento. Las necesidades básicas insatisfechas (NBI) siguen como deuda, al igual que las características de la economía regional y empleo.
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Más de 100 mil son jefas de hogar
Los hogares al frente de las mujeres tienen una particularidad: la mayoría de las divorciadas no logran formar una nueva relación.
De los 299.941 jefes o jefas de hogar que hay en Salta, el 35% pertenece al género femenino. Se trata de 104.893 mujeres, mientras que los varones llegan a 195.048.
En las viviendas que tienen padres separados se observa que el 47% pudo encontrar pareja y conformar una nueva familia o extenderla.
Las segundas oportunidades, al parecer, son más limitadas para las salteñas. De las jefas divorciadas, solo el 14% pudo rehacer su vida sentimental.
Bien solteras
Mientras el 74 de los varones solteros sostuvo tener pareja, apenas el 34% de las mujeres sin compromisos maritales dijo que ya tiene su media naranja.