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En lo que podría considerarse como una burda comparación de realidades totalmente dispares, las autoridades españolas tratan de justificar los ajustes realizados en su economía, poniendo como ejemplo lo sucedido en Argentina durante la crisis de 2001, que terminó con el gobierno de Fernando de la Rúa. Las declaraciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, suman un nuevo capítulo a las diferencias entre ambos países, que se profundizaron tras la expropiación de la petrolera YPF.
La funcionaria oficialista Aguirre advirtió sobre la necesidad de que España reduzca su gasto público para no convertirse “en Argentina, con corralito y con inflación del 20 o el 40 por ciento”.
Una muestra más de que para los hispanos, que en muchas oportunidades hablaron en forma despectiva de Argentina, el país sigue siendo noticia, aunque sea comparando los sucedido en 2001 con la crisis que viven en la actualidad.
En declaraciones publicadas por el diario español ABC, Aguirre -de la conservadora fuerza gobernante Partido Popular- destacó que “se tienen que acabar los subsidios y las subvenciones, y las mamandurrias en general”.
La funcionaria, que intentó justificar las medidas de ajuste aplicadas por el gobierno de Mariano Rajoy, destacó que “si no queremos convertirnos en Argentina, con corralito y con inflación del 20 o el 40 por ciento, tenemos que tomar las medidas que sean necesarias para poder equilibrar nuestras cuentas”.
La presidenta madrileña propuso disminuir los gastos en la misma medida en que han bajado los ingresos, y señaló que es “algo tan sencillo que hacemos todas las amas de casa: no gastar más de lo ingresamos”.
De hecho, el propio gobierno de Mariano Rajoy, del PP, al igual que Aguirre, reconoció que hasta el dinero del pago de los sueldos de los empleados públicos aún no está asegurado debido a la grave crisis económica y fiscal que azota al país.
Algo similar a cuando los chicos no quieren tomar la sopa y son amenazados con llamar al “viejo de la bolsa”.