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Más de 8.000 soldados y miembros de las fuerzas de seguridad perdieron la vida desde el comienzo de la crisis en Siria, en marzo de 2011, principalmente en combates contra los rebeldes, indicó ayer el director del hospital militar Techrine de Damasco.
“Calculo que unos 8.000 soldados y miembros de las fuerzas de seguridad han muerto desde el comienzo de la crisis” hace 17 meses, afirmó este médico, que tiene el rango de general y pidió que no se revelara su nombre.
“Cada día recibimos de media los cuerpos de entre 15 y 20 soldados y miembros de las fuerzas de seguridad, todavía más desde principios de año”, explicó.
“Un 70% de las víctimas militares llegan a nuestro hospital y el resto se reparte en hospitales de otras zonas”, añadió.
El miércoles, por ejemplo, hubo 47 muertos pero durante la batalla de Damasco, a finales de julio, cuando los rebeldes intentaron tomar el control de la capital, “recibimos más de 100 muertos durante tres días”, explicó el director del centro.
La revuelta contra el régimen, que empezó en marzo de 2011 de manera pacífica, fue reprimida con violencia por el régimen y luego el conflicto se fue militarizando con el paso del tiempo. El 60% murieron por bala, un 35% por explosiones, principalmente provocadas por cohetes anticarros y un 5% “degolladas o decapitadas”, concluyó.