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Zamba Quipildor cantará la Misa Criolla con los peregrinos

Jueves, 13 de septiembre de 2012 22:32
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No será, la de mañana, una Misa Estacional más. En el centro del ritual matutino del Día del Milagro, la celebración litúrgica sumará a su significado intrínseco, el grandioso poder del canto. El grandioso poder del mejor canto que llegará en las notables voces de Zamba Quipildor y del coro que dirige Miryam Dagum. Serán los encargados de interpretar la oración hecha música, de un decir especial de la Palabra a través de la Misa Criolla. Para ellos, dijeron en una charla con El Tribuno, es un hecho emocionante y para agradecer al Arzobispado de Salta por haberles confiado la responsabilidad y el honor de cantar en este tiempo especial del Milagro.

 
En el frente de la Catedral, a continuación del atrio, se levantará un escenario donde se ubicarán el arzobispo y los concelebrantes. En el costado derecho (hacia la calle Mitre), en otra estructura, se ubicarán los 60 integrantes del Coro Arsis y los cinco músicos especialmente invitados: Ana Claudia Galíndez, piano; Dante Valdivieso, charango; Alfredo Villegas, guitarra; Claudio Ledesma, percusión y Guillermo Corrales, siku y quena. Abajo de esa parte del escenario estarán Zamba y Miryam.
 
Interpretarán todas las partes cantadas de la misa, además de los himnos al Señor y a la Virgen y, en el cierre, el Aleluya de Haendel.
 
La llegada de Zamba
 
Zamba Quipildor esperaba su turno detrás del escenario Atahualpa Yupanqui del Festival de Cosquín, en 1994. Mientras, Ariel Ramírez derrochaba su versatilidad en el teclado frente a la multuitud. Luego de la actuación, se encontró con Zamba a quien le dijo que se quedaría a escucharlo. Cuando el salteño terminó su actuación, el maestro le preguntó si conocía la Misa Criolla y si le gustaría cartarla. Lo convocó para la semana siguiente en su casa del porteño barrio de Belgrano y allí acordaron lo que sería una dupla inseparable. “Acabo de solucionar un grave problema”, recordó Zamba que le dijo Ariel con mucha seriedad, y agregó: “Con vos solo reemplazo a cuatro (Los Fronterizos) explicó en medio de bromas”.
 
“A estudiar” fue el desafío que le planteó Ramírez y a los 20 días le avisó que partirían para Rumania, porque tenían una invitación del maestro Marín Constantín para cantar la Misa Criolla con el coro Los Madrigalistas. Después, estuvieron recorriendo Italia durante tres meses.
 
Este fue solo el comienzo de una seguidilla inacabable de oportunidades, en Argentina, y en los principales escenarios del mundo, adonde Quipildor llevó la magistral creación de Ariel Ramírez. Sin embargo, “todo lo que uno hizo, hace y hará no se compara con la emoción que produce cantar esta obra en mi casa”.
 
“Mucha energía y de la buena”
 
La primera propuesta que recibió Miryam Dagum de parte del padre Marcelo Sing de la curia, fue interpretar la Misa Palatina. Luego vieron la posibilidad de que el Coro Arsis interpretara la Misa Criolla y desde allí a Zamba Quipildor pasaron unos pocos segundos. La directora consultó al popular cantor y éste no demoró nada la respuesta afirmativa. “Lo hago con mucho placer, especialmente, en este tiempo del Milagro cuando siento que hay mucha energía, y de la buena; por eso me gusta participar de la procesión y caminar en medio de la multitud, apretujada entre la gente que reza y que canta”.
 
 
 La obra fue compuesta en 1964
 
La majestuosa obra fue compuesta y grabada en el año1964 por Ariel Ramírez, y lanzada como álbum en 1965, con el destacado, conocido y reconocido grupo folklórico Los Fronterizos (Eduardo Madeo, Gerardo López, Julio César Isella y Juan Carlos Moreno).
 
En esa recordada grabación, participaron como solistas, Jaime Torres en charango, Domingo Cura en percusión, Raúl Barboza en acordeón, Luis Amaya en guitarra, la Cantoría de la Basílica del Socorro, dirigida por el padre J. G. Segade y una orquesta conformada por instrumentos regionales, dirigida por el propio Ariel Ramírez. Con los años, numerosos artistas llevaron al disco la mencionada obra.
 
La hora de retirarse
 
La visita de Zamba Quipildor a este diario sirvió, además, para tener una primicia: su alejamiento de los grandes escenarios, después de más de 50 años con la música.
“Creo que ha llegado el momento de retirarme, de retirarme en plenitud”, anunció el barbado cantor. Pero, se bajará de los estrados más famosos, esos que lo vieron deleitar hasta la emoción a miles de espectadores en todo el mundo, “para llegar adonde no llega nadie”.
Para eso está acondicionando un vehículo, con un buen equipo de sonido y una guitarra, en el que comenzará a recorrer los pueblos más pequeños, los sitios más recónditos de la provincia.
Eso será el año que viene, todavía no tiene fecha definida. Antes, el 1 de diciembre, cantará en el Monumento a la Bandera, en la ciudad que lo nombró ciudadano ilustre en 2011. Y el 22 de diciembre, será la figura central de une espectáculo organizado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en el Obelisco, con un coro de 150 voces, dirigido por Maximiliano Mancuso.
Será un espectáculo de 1 hora y diez minutos, al que invitó para dirigir a un frangmento, a Miryam Dagum. 
 

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