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El destructor misilístico ARA ‘Santísima Trinidad‘, que se encuentra desafectado del servicio desde el 2004 y amarrado en la base naval de Puerto Belgrano, sufrió un importante ingreso de agua y se encuentra marcadamente inclinado a babor, con riesgo de hundirse.
La Armada informó que esta madrugada la nave ‘presentaba una escora a babor debido a una avería sufrida en el casco‘, como consecuencia de ‘la rotura de una tubería de 6 pulgadas, lo cual produjo un importante ingreso de agua‘.
‘Ante la cantidad de agua embarcada que superó la capacidad de las bombas de achique, se procedió a retirar al personal que se encontraba trabajando y a los buques próximos que se encontraban amadrinados junto a él, en la espera que la embarcación toque fondo con la baja y de esta manera poder trabajar con mayor seguridad‘, señaló la Armada en un comunicado.
Según trascendió, hoy el buque amaneció apoyado contra un buque pesquero, con una inclinación de unos 50 grados.
‘Rápidamente se presento en el lugar personal especializado del Servicio de Salvamento y Buceo, dependiente del Comando de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada a fin de evaluar la situación‘, indicó la Armada.
El ‘Santísima Trinidad‘ fue pasado en el 2000 a la condición de ‘receso temporario‘ y sacada definitivamente del servicio activo en el 2004.
Desde esa fecha le fue retirada su tripulación y solamente permanecía a bordo una mínima cantidad de personal de guardia.
‘La situación se encuentra al momento controlada y se procederán a efectuar las tareas tendientes a llevar al buque a sus condiciones normales de flotabilidad‘, concluyó la Armada.
La historia
La breve historia del ARA Santísima Trinidad está plagada de circunstancias que, junto alactual hundimiento en Puerto Belgrano, lo convierten ahora casi en un fantasma de la Armada Argentina.
Con la idea de hacer en su interior un Museo que reflejara su corta pero intensa historia, sobre todo por su preponderante actuación en la Guerra de Malvinas, el destructor estaba cumpliendo su misión varado en el muelle como proveedor de repuestos del ARA Hércules, ante el embargo inglés posterior a la guerra.
Ante sus fallas, producto de un atentado, el Santísima Trinidad fue sacrificado para que su gemelo pudiera seguir navegando.
El buque navegó efectivamente 8 años, desde 1981 a 1989, aunque la historia de su adquisicón se remonta a fines de los años '60 cuando se decidió comprar dos fragatas misilísticas en el Reino Unido.
Una de ellas, la Hércules fue traída armada y navegando, mientras que la Santísima Trinidad se ensambló en Río Santiago.
En septiembre de 1975, un atentado de Montoneros con una bomba en el muelle del astillero, provocó el hundimiento parcial de la nave que, por sus averías, tardó cinco años en ser reparada.
Recién en 1981, fue llevada a Inglaterra para que el fabricante avalara la construcción y salió de los talleres ingleses con el rango de destructor, al igual que su gemelo.
La época de gloria de la Santísima Trinidad fue en la guerra de Malvinas, ya que, como nave insignia, desde su cubierta partieron los primeros marinos que desembarcaron en las islas.
Por los esfuerzos del material y para algunos por las secuelas del atentado, la nave sufrió averías importantes, que la dejó por el resto de la guerra casi raleada a cargo del patrullaje de aguas poco profundas.
Su último viaje fue en junio de 1989, cuando por el embargo británico posterior a la Guerra de Malvinas, comenzó a ser canibalizada para que su gemelo, el Hércules, pudiese seguir navegando.