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Irán pretende modernizar su principal planta de enriquecimiento de uranio, lo que aumentaría el ritmo de producción de ese material de doble uso, civil y militar, según se desprende de una carta enviada por Teherán al OIEA.
De acuerdo a la misiva enviada por el Gobierno iraní al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) el pasado 23 de enero, las nuevas centrifugadoras del tipo “IR2” serían puestas en marcha en la instalación de Natanz.
No es la primera vez que Irán anuncia planes de este tipo, aunque fuentes cercanas al OIEA señalaron ayer en Viena que este anuncio “es más específico” que los anteriores.
Hasta ahora, Irán dispone solo de centrifugadoras del tipo IR1, considerablemente más lentas que las IR2.
Como respuesta, el organismo exigió en una carta enviada a Teherán el pasado martes “información sobre la configuración de las cascadas de centrifugadoras y más información técnica relacionada”.
Irán está produciendo en Natanz y en la planta subterránea de Fordo uranio enriquecido hasta una pureza del 20 por ciento, un nivel superior al necesario para combustible nuclear.
Ese nivel, que Irán justifica para el funcionamiento de un reactor científico, está considerado por la ciencia como cercano a lo que se califica como “uranio altamente enriquecido”, que se usa para la construcción de bombas atómicas.
Occidente, con Estados Unidos e Israel a la cabeza, acusan a Irán de desarrollar un programa nuclear militar, algo que Teherán rechaza alegando que son solo pacíficas.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas exige desde hace años que Irán suspenda sus actividades de enriquecimiento, algo que Teherán ignora a pesar de varias rondas de sanciones comerciales, científicas y políticas impuestas en su contra.
El inspector jefe de desarme del OIEA, Herman Nackaerts, tiene previsto viajar a Teherán a mediados de febrero para una nueva ronda de negociaciones para conseguir más acceso a las instalaciones nucleares de la República Islámica.
La agencia nuclear de la ONU investiga las controvertidas actividades nucleares de Irán desde hace diez años sin poder dar garantías hasta ahora sobre su naturaleza pacífica.