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La mortalidad de lactantes causada por tos convulsa disminuyó durante 2012 un 57,2%, lo que significó que 40 bebés menos murieran respecto del mismo período de 2011, a partir de la estrategia de control de la enfermedad implementada por el Ministerio de Salud de la Nación.
“Nada nos provoca mayor alegría y satisfacción que hablar de menos chiquitos fallecidos por enfermedades evitables“, celebró el ministro de Salud, Juan Manzur.
Manzur destacó que “las inmunizaciones constituyen hoy una política de Estado, destinada a proteger a los sectores más vulnerables, a través de la cual en la última década se incorporaron 10 de las 16 vacunas que integran el Calendario Nacional de Vacunación”.
En octubre de 2011, a partir del registro de un aumento de casos de tos convulsa en el país en sintonía con la tendencia observada a nivel mundial expertos de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (Conain) recomendaron a las autoridades sanitarias nacionales mejorar las coberturas de vacunación, en especial a los 18 meses y 11 años.
Además, aconsejaron reforzar las acciones de control de foco de los casos sospechosos de la enfermedad, provocada por la bacteria bordetella pertussis e implementar la vacunación de embarazadas a partir de la semana 20 de gestación para proteger a los bebés de 0 a 6 meses.
Así, desde febrero del año pasado, la Argentina se convirtió en el primer país de Latinoamérica en vacunar a embarazadas contra la tos convulsa también conocida como coqueluche o tos ferina–, con un esquema de una dosis de la vacuna triple bacteriana acelular a todas mujeres embarazadas en la semana 20 de gestación.
De este modo, las madres transfieren los anticuerpos contra la enfermedad a los bebés, quienes obtienen protección para los primeros 6 meses de vida, tiempo en el que tienen mayor riesgo de enfermar.