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Este es el tiempo por excelencia en estas latitudes para los viajes. Muchos lo programan durante todo un año, otros lo improvisan porque están acostumbrados a realizar más de uno por año.
Según el brasileño Pablo Cohello, “el que está acostumbrado a viajar, sabe que siempre es necesario partir algún día”. Ahora la crisis económica global reduce, necesariamente, la duración de los mismos. No solo eso, sino el destino también.
Hay muchas maneras de medir la importancia de un viaje, unos se inclinan por los paisajes, otros por las riquezas culturales que dejó la humanidad.
Según el filósofo chino Lao Tsé, un viaje de mil millas comienza con el primer paso. ”La tecnología ha puesto a disposición todo tipo de enlaces para facilitar la rapidez y las comodidades de los itinerantes.
Nunca hay que olvidar que sobre más de siete mil millones de habitantes, es decir la población total del planeta, apenas mil millones emprenden cada año la partida. Es más: esa cifra es de verdad menor porque muchos realizan hasta 5 viajes cada 365 días, mientras que una buena parte jamás puede emprender uno por falta de recursos económicos.
Los más visitados
Hay varias organizaciones que miden la cantidad de viajeros, pero es imposible reproducir aquí a cada una de ellas. Las más confiables son las de la Organización Mundial del Turismo, la de revistas tradicionales como el National Geographic, la super conocida Forbes, especialista en economía, los diarios de cada país y los críticos de viajes, que junto con las grandes corporaciones turísticas realizan el seguimiento de dónde y hacia donde van los pasajeros .
Desde hace muchos años, Francia sigue siendo el país más visitado de los 198 que componen nuestro planeta. La recorren cada año más de 80 millones de personas, de las cuales 2 de cada 3 son extranjeros. Para la mayoría, la Capital situada junto al río Sena, resume: arte, cultura, belleza, planificación, buena comida, excelentes comercios y un grupo de museos y muestras que la hacen incomparable. Y donde prevalece la hermosura y lo estético.
El año pasado visitaron París nada menos que 30 millones de personas, es decir las tres cuartas partes de la población total de la Argentina. Casi nadie discute la primacía parisina, porque esta ciudad fue realizada con buen gusto en el diseño, por la cantidad de parques, elegantes cafés y los inigualables museos como el Louvre, el Pompidou y el de Orsay levantado cerca del Sena, que le otorgan una supremacía muy difícil de discutir.
Londres, segunda
Gracias al gran estímulo que significó la magnífica realización de los Juegos Olímpicos, Londres recibió en el año que terminó, más visitantes que lo habituales, 2 millones menos que la tierra de Napoleón. Cruzar entre el país Galo y la capital del Big Ben, le lleva ahora al viajante apenas 2 horas 15 minutos, gracias a la velocidad y exactitud del tren de alta velocidad Euro Stars que a 350 km por hora cruza el canal de la Mancha, una maravillosa obra de ingeniería de 50 km de longitud de un total de 500 km del recorrido entre ambas capitales.
La subjetividad, como es de suponer, prima en muchos casos para cualquier clasificación sobre el tema. No en cuanto a la cantidad de visitantes, pero sí en cuanto a la belleza de las ciudades. Entre las más visitadas están: Bangkok, que en medio de la calidez de su clima, surcada por canales, es una de las más baratas y acogedoras del planeta.
De Tailandia nos trasladamos a Singapur, una de las ciudades más nuevas e hiper desarrolladas, Singapur, la ciudad estado, de echado de modernidad, limpieza y eficiencia que ya recibe en su modernísimo aeropuerto casi 12 millones de pasajeros, medio millón más que la magnífica Estambul , la principal ciudad de Turquía, la llamada Ciudad de las Mil y Una Noche, con obras arquitectónicas tan deslumbrantes como las mezquitas de Santa Sofía y Azul y con el Gran Bazar, considerado por los entendidos como el primer “Shopping ”del mundo.
En el sexto lugar, siempre entre las más visitadas, está la enamoradísima Madrid, que duplica la cantidad de visitantes en relación al número de sus pobladores. La llamada ciudad del Siglo XXII, Dubai, integrante de los Emiratos Árabes, con una población estable inferior a los 2 millones, recepciona cada año más de cuatro veces el total de sus habitantes.
Otra forma de calificar a las ciudades es por su modernidad. Entre ellas se destacan Dubai, Las Vegas, Shangai, Brasilia y Osaka. No faltan los críticos que apuntan su lupa a la fealdad, pese al enojo de los habitantes del lugar, como Juliaca y Puno en Perú, Ciudad Juárez en México, Pyon Yang, capital de Corea del Norte y la populosa Calcuta en la india.
Por supuesto que siempre dentro de la subjetividad del caso, también son incluidas en este rubro Oruro en Bolivia, Caracas en Venezuela y Bucarest capital de Rumania, según los parámetros utilizados por especialistas.
Antojadiza y parcial
Por supuesto que en estas listas calificativas hay omisiones importantes, de las cuales no se pueden dar una explicación satisfactoria. No están incluidas, por ejemplo, la ventosa pero bellísima Dublín, la inigualable obra de los zares, San Petesburgo, Damasco, la ciudad más vieja del mundo, Petra, la ciudad de piedra en Jordania, Dubrovnik en Croacia, varias ciudades mexicanas como San Cristóbal de las Casas, Guanajuato, San Miguel Allende, la hermosa Vancouver en Canadá, recostada sobre el Océano Pacifico o la belga Brujas, sin olvidar por supuesto a Venecia y Florencia en Italia. Además, por su espectacularidad, Nueva York, diferente a todas en el mundo.
Argentina tiene en Buenos Aires, la ciudad más visitada de América del Sur, valorada por los extranjeros por sus grandes edificios de estilo europeo. Pero ocupa el lugar 43 entre las más visitas del orbe, dada la lejanía de las metrópolis del hemisferio norte.
Uno se pregunta por qué se viaja tanto. En realidad solamente lo hacen mil millones que habitan el planeta, de verdad bastante menos porque la gran mayoría de los viajeros, lo hacen 5 o más veces por año. Según el ilustre español Miguel de Unamuno, “se viaja no para buscar destino, sino para huir de donde se parte”. Lo concreto es que el turismo, la gran industria sin chimeneas, genera 100 millones de empleos directos, recauda casi el 10% del PBI mundial, es decir unos 7 billones de dólares. Y es un mensaje de paz e intercambio cultural como ninguno.
Nuestro país recibe algo más de 5 millones de turistas extranjeros por año. Si bien la cifra va en aumento, aunque moderado, debido a la crisis global, el crecimiento siempre tiene su límite en las grandes distancias. Pero nadie podrá discutir, por ejemplo en el caso de Salta, que infunde una dinámica, un intercambio de personas y una recaudación casi inigualable en cualquier otro rubro.
Según el dramaturgo italiano Carlo Goldoni, “el que no sale nunca de su tierra, está lleno de prejuicios”. O sino coincidir con el Nobel chileno Pablo Neruda: “Muere lentamente quien no viaja, quien no oye música, quien no encuentra gracia en si mismo”.