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El optimismo mesurado que había en Estados Unidos volvió a desinflarse ayer porque los líderes republicanos y demócratas del Senado no pudieron ponerse de acuerdo sobre el gasto, para terminar con el cierre parcial del gobierno y evitar que el país incumpla el pago de sus deudas. Este jueves es la fecha límite para elevar el techo de la deuda, como pide el presidente Barack Obama, para no caer nuevamente en recesión ni arrastrar en esta crisis a las economías del mundo, especialmente a las de las naciones en desarrollo.
El objetivo era sellar un acuerdo bipartidista antes de que los mercados financieros abrieran hoy. Pero nada lograron los líderes de la mayoría y la minoría en el Senado, el demócrata Harry Reid y el republicano Mitch McConnell, quienes en una inusual reunión de domingo trataron de resolver la crisis. La responsabilidad quedó en sus manos luego de los encuentros que Obama mantuvo con los republicanos de la Cámara de Representantes, también sin resultados.
Tanto preocupa la situación fiscal de Estados Unidos que el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial hicieron un llamado para terminar con esta incertidumbre y elevar el límite de endeudamiento por encima de 16,7 billones de dólares. “Los estadounidenses quieren que el Congreso llegue a un acuerdo”, dijo Reid al comienzo de la sesión dominical en el Senado, en la que pidió que se logre un acuerdo de largo plazo sobre el presupuesto.
Los dos negociadores discutieron la petición de los demócratas para deshacer o modificar los recortes generalizados al gasto en programas domésticos y de defensa que los republicanos consideran cruciales para reducir el déficit del país. McConnell insistió en que la solución está al alcance con la propuesta hecha por un grupo bipartidista de 12 senadores (encabezados por la republicana Susan Collins y el demócrata Joe Manchin), que permitiría reabrir el gobierno, darle fondos a los niveles actuales por seis meses y aumentar el endeudamiento hasta el 31 de enero.
El cierre parcial del gobierno de los Estados Unidos se extiende desde el 1 de este mes por la falta de acuerdo en el Congreso por el presupuesto. El cierre obligó a mandar a casa a más de 350.000 de los 2,1 millones de funcionarios federales durante el tiempo que dure la escasez de fondos y podría costar más de US$1.000 millones a las arcas públicas, según la Casa Blanca. También los parques nacionales cerraron sus puertas, como otros lugares turísticos.
“Es momento de que los líderes demócratas den un sí por respuesta”, dijo McConnell en un comunicado. La posibilidad de que Estados Unidos no cumpla con sus deudas si para este 17 de octubre el Congreso no autoriza el aumento del límite de endeudamiento por encima de 16,7 billones de dólares inquieta.
Obama llamó por teléfono ayer a la líder demócrata en la Cámara, Nancy Pelosi, y enfatizó la necesidad de que se aumente el límite de endeudamiento sin concesiones. Se espera que la reacción de hoy de los mercados financieros mundiales y el índice Dow Jones tenga influencia sobre las conversaciones en el Congreso mientras los republicanos cargan con la mayor parte de la culpa por el cierre del gobierno y el estancamiento de las negociaciones.
“Los republicanos vamos en caída libre, pero los demócratas no están muy lejos”, dijo el senador Lindsey Graham, quien advirtió a sus rivales que no traten de beneficiarse del descrédito para obtener concesiones.
Preocupación en América Latina
América Latina teme que la incertidumbre fiscal en EEUU, su mayor socio comercial, afecte el tipo de cambio y debilite su crecimiento. “La región afronta una situación muy compleja por cuenta de la crisis fiscal y la parálisis (de la administración federal) en EEUU, pues las señales que llegan no son propicias para las exportaciones latinoamericanas y caribeñas, ni para una tasa de cambio que le permita competir en el comercio global”, dijo el analista colombiano Juan Alberto Pineda.
Para Pineda la situación podría provocar que los países “registren una mayor apreciación de sus monedas a corto y mediano plazo”. La previsión de crecimiento para América Latina hasta 2014 se sitúa alrededor del 3%, levemente por debajo de lo estimado en julio.