inicia sesión o regístrate.
El final fue bochornoso, el empate de Boca fue agónico y la calentura de Godoy Cruz, interminable.
En Mendoza hubo de todo, goles, algo de fútbol y también varios empujones, peleas y provocaciones. Sucedió ni bien el árbitro Pedro Argañaraz, quien tuvo varias equivocaciones para ambos lados, marcó el final del partido que Boca había logrado empatar sobre la hora.
Los jugadores de ambos planteles se cruzaron con golpes de todo tipo en pleno campo de juego, dando un espectáculo vergonzoso. Incentivaron a la violencia, ya que las trompadas se trasladaron a la tribuna entre los hinchas del tomba y los supuestos “neutrales”.
En la gresca participaron casi todos los jugadores, pero los que habrían encendido la mecha fueron Pablo Ledesma y San Román. Ambos llevaron la escaramuza hacia la zona de vestuario. Allí también la ligó el árbitro tucumano Argañaraz, tal vez el principal responsable de tanta calentura por sus polémicos fallos (no cobró dos penales para ambos equipos). En cambio, Argañaraz no dudó en cobrar la pena máxima cuando Achucarro sacudió al Burrito Martínez con un patada en el área. Chiqui Pérez se encargó de marcar el definitivo 2 a 2, agónico, sufrido y picante.
Boca no jugó bien, pero se había puesto en ventaja en el primer tiempo con un tanto de Emanuel Gigliotti; luego José Fernández marcó el empate y así se fueron al descanso.
Mauro Obolo puso arriba a los mendocinos apenas comenzó el segundo tiempo; luego vinieron más fallos polémicos de Argañaraz, la agónica igualdad y la bochornosa pelea del final. De esta forma, Boca rescató un punto cuando parecía que se quedaba con las manos vacías.
Bianchi sigue lamentándose
Luego del polémico y bochornoso final, el entrenador de Boca, Carlos Bianchi, intentó encontrarle explicación a una nueva chance perdida por su equipo para poder acercarse a lo más alto de la tabla, teniendo en cuenta la derrota del puntero Newell"s. “No se dejó pasar hoy (por ayer) solamente la chance, dejamos pasar otra chance como el domingo pasado. Cuando uno no gana no se tiene que estar satisfecho. Habíamos venido acá para ganarlo”, admitió el Virrey. Luego Bianchi subrayó: “No voy a hablar del árbitro (Pedro Argañaraz). No nos cobraron dos penales, el que le hicieron el Burrito Martínez al principio fue clarísimo, ya pasó, no vale de nada cuestionar al juez”. Y graficó: “Todavía faltan siete partidos, 7 por 3 son 21 puntos y estamos a cinco, pero la bronca está en que en dos partidos dejamos cuatro puntos y no ganamos dos partidos como aspirantes al título que somos”.
Después el entrenador dijo: “Tengo que ser sincero, no vi el penal porque tenía la cabeza gacha. Me di cuenta que el penal lo pateó Chiqui Pérez cuando fue a buscar la pelota dentro del arco. El penal lo tenía que patear Riquelme, no Chiqui Pérez”, aseguró, reavivando otra polémica.
En tanto, sobre los incidentes entre los jugadores de ambos equipos, con agresiones mutuas, al final del partido, Bianchi se desligó: “Hablemos de fútbol, yo no vi nada”.
Una imagen triste
Apesadumbrado por el clima que se vivió al final, Martín Palermo, DT de Godoy Cruz, señaló: “Fue una imagen triste. Se llega a esto por cómo vivimos y sentimos el fútbol. Somos responsables todos”.
“Tenemos que tener tranquilidad y que no se desborde. Hay que tener conciencia. Nosotros, los jugadores y los árbitros nos equivocamos. Hay que tener un margen de tranquilidad por lo que generamos para que no se traslade afuera”, afirmó el Titán.