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El norte perdió la mitad de su producción de gas

Domingo, 17 de febrero de 2013 16:08
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El camino que eligió el gobierno nacional para la política energética del país en los últimos diez años desterró
inversiones, derrumbó producciones y liquidó reservas en las cinco cuencas hidrocarburíferas de la Argentina. Pe­ro en ninguna, como en la Cuenca del Noroeste, ese rumbo importador llegó a los calamitosos extremos en que se siguen hundiendo los yacimientos gasíferos del departamento San Martín.

Según los registros que el Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG) actualizó hasta fines de 2012, Salta cerró el último año con una pro­ducción gasífera de apenas 9,5 millones de metros cúbicos diarios, la mitad
de los 19 millones con que en 2007 to­davía era la segunda productora del país, detrás de Neuquén.

Hoy aquella posición que tantas ve­ces invocaran funcionarios, legisladores y usuarios salteños para reclamar
tarifas y precios más bajas en las garra­fas, el GNC vehicular, las facturas de las fábricas y las boletas de los hogares se perdió.

Los que superan a Salta

Ahora la segunda productora es Santa Cruz, con bombeos que promedian los 11 millones de metros cúbicos diarios. Esa provincia -como tam­bién cabe para Tierra del Fuego- desplazó a Salta no por méritos de un 
crecimiento, sino porque su produc­ción cayó menos desde los 15 millones de metros cúbicos diarios que tenía en 2003, cuando Néstor Kirchner asumió la presidencia de la Nación y decidió mantener congelado el valor del gas en los pozos argentinos muy por debajo de su cotización en otros países, incluso vecinos, como Bolivia.

Esta intervención de precios había sido adoptada poco antes por Eduardo Duhalde, para amortiguar los efec­tos del estrepitoso derrumbe de la convertibilidad, pero el remedio que se suponía transitorio se convirtió en eje inamovible de la política energética que tiene al ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, como principal gerenciador desde mayo de 2003.

Abandono

En estos diez años sobrevino un gra­dual abandono de la exploración en las cuencas del país y la inversión pe­
trolera se reorientó fundamentalmen­te hacia Bolivia, desde donde se vienen importando volúmenes cada vez más grandes de gas, a precios que resultan cuatro veces más altos que los que se pagan en los pozos argentinos.

En este esquema, que acrecienta la dependencia importadora por efecto de la pérdida del autoabastecimiento
en hidrocarburos y las mayores de­ mandas internas, los yacimientos del departamento San Martín están lle­
vando la peor parte, tanto por su cer­canía con Bolivia, como por la profundidad de las formaciones geológicas que guardan el gas.

Esto hace que las perforaciones sean en los campos hidrocarburíferos de San Martín mucho más costosas y
complejas que en las cuencas menos profundas de Cuyo y la Patagonia.

Por eso, los programas de exploración petrolera tienen en Santa Cruz o en Tierra del Fuego (hoy tercera productora con tan sólo 9,6 millones de metros cúbicos) mucho menos riesgopara la inversión.

En un solo pozo profundo, que no dio los resultados esperados en Tuyunti, ubicado en la localidad de Aguaray, Pan American Energy volcó 100 millones de dólares, monto suficiente para perforar una decena de pozos exploratorios en áreas hidrocar­buríferas de Mendoza, Neuquén o Chubut.

Bolivia aumentará los
envíos a la Argentina

La empresa Yacimiento Petrolíferos Fiscales de Bolivia (YPFB) aumentará los bombeos de gas a la Argentina a 13,5 millones de metros cúbicos diarios.

Este incremento en los despachos convenidos con Enarsa fue confirmado por el presidente de la petrolera boliviana, Carlos Villegas.

Según detalló el titular de YPFB, el año pasado cerró con envíos de gas a la Argentina de 12,4 millones de metros cúbicos diarios, a un precio promedio de 10,91 dólares el millón de unidades térmicas británicas (BTU). La misma cantidad de gas (el millón de BTU equivale a unos 27 metros cúbicos) se paga en los pozos argentinos a sólo 2,5 dólares.

Por el gas que ingresó desde Yacuiba a Campo Durán, Argentina pagó en el año 2012 poco más de 2 mil millones de dólares.

Otros 2.600 millones de dólares fueron desembolsados en las importaciones de gas natural licuado (GNL) traído en buques metaneros a costos de hasta 18 dólares el millón de BTU.

Costosa importación

En un escenario de crecientes importaciones, el Estado argentino ha pagado el gas de Bolivia y el GNL a valores cada vez más altos. En 2012 el desembolso fue un 15% mayor que en 2011.

Analistas del sector estiman que este año los incrementos de la importación impactarán en el bolsillo de los argentinos con otros aumentos en el servicio de gas natural que rondarían entre el 30 y 40 por ciento.

En lo que se consideró un tardío pero necesario reconocimiento de la crisis energética, el Gobierno nacional acordó en diciembre último un aumento del precio del gas natural en boca de pozo.

El valor promedio se elevaría hasta 7,5 dólares (el triple del precio actual) pero sólo para los campos nuevos e YPF. Más adelante la medida regiría también para otras petroleras.

Esta ampliación interesa particularmente a Salta, ya que YPF no opera ninguno de los yacimientos gasíferos de San Martín y el aumento del precio en boca de pozos elevaría el atractivo de los yacimientos norteños y las languidecientes regalías de la Provincia, que se verán aún más postergadas y disminuidas.

Un futuro incierto para la
refinería Campo Durán

El derrumbe productivo del gas encierra grandes interrogantes para Salta y fundamentalmente para el departamento San Martín, donde una de las mayores preocupaciones se relaciona con la futura operación de la refinería de Campo Durán.

El complejo que opera Refinor procesa diariamente 22 millones de metros cúbicos de gas que pocos años atrás eran aportados íntegramente por los cuatro grandes yacimientos que concentran la producción gasífera de Salta y la Cuenca Noroeste: Acambuco (Pan American Energy), Ramos (Pluspetrol), Aguarage y San Antonio Sur (Tecpetrol).

Según los últimos registros actualizados por el IAPG, estos bloques apenas suman actualmente 9,5 millones de metros cúbicos diarios. Los otros 12,5 millones de metros cúbicos diarios que completan la capacidad de tratamiento de la refinería de Campo Durán provienen de Bolivia.

A mediados del año próximo el vecino país espera completar la construcción de una moderna planta que se ejecuta en Madrejones, a 18 kilómetros de Yacuiba, y que separará del flujo de exportación a la Argentina todos los componentes líquidos del gas húmedo, como el butano, propano y la gasolina natural. De esta forma, sólo ingresará a Campo Durán desde Bolivia gas seco (metano).

Cuando ello ocurra, ¿de dónde saldrán los volúmenes de gas húmedo que necesita la refinería del norte para mantener en funcionamiento sus sistemas?

Esta pregunta no tiene hoy una respuesta cierta. Tampoco se sabe cuánto más podrían declinar las producciones de Ramos, Acambuco, Aguarage y San Antonio Sur, que entraron en un amesetamiento en 2007, comenzaron a declinar a niveles cada vez más ostensibles desde 2008 y vienen en caída libre desde 2009.

Por lo pronto, la empresa Yacimiento Petrolíferos Fiscales de Bolivia (YPFB) anunció que se dispone a aumentar los envíos a la Argentina a 13,5 millones de metros cúbicos diarios. Y este no es un dato menor, ya que hasta aquí las compras a Bolivia han crecido en la misma proporción que las declinantes producciones de los cuatro yacimientos gasíferos de San Martín.

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