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El reclamo iniciado en 2011 por el movimiento estudiantil chileno, en reclamo de una educación gratuita y de calidad, había perdido intensidad en 2012, pero ahora volvió a resurgir con todas sus fuerzas. Así quedó demostrado ayer cuando miles de alumnos universitarios y secundarios -algunos hablan de 150 mil- coparon las calles de Santiago para exigir cambios en el modelo educativo, resabio de la época pinochetista.
Fue la primera manifestación del año convocada conjuntamente por la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), que aglutina a los universitarios, y las organizaciones de alumnos de enseñanza secundaria, y contó también con el apoyo de los principales sindicatos del país.
El movimiento estudiantil pretendía dar una señal de unidad en un año clave para sus aspiraciones, con la mira puesta en las elecciones presidenciales y parlamentarias que se celebraran el próximo noviembre.
Una marea humana se congregó en la céntrica Plaza Italia y enfiló para la Alameda, la principal arteria santiaguina, rumbo a la Estación Mapocho, donde finalizó la movilización.
La marcha transcurrió en un ambiente pacífico y festivo, con actuaciones musicales y mucho colorido por parte de los manifestantes.
“Y va a caer, y va a caer, la educación de Pinochet”, fue una de las consignas más coreadas por los asistentes, que recordaban que el sistema educativo actual se implementó durante el régimen militar (1973-1990).
Al final de la manifestación, grupos aislados de jóvenes, en su mayoría encapuchados, se enfrentaron con la Policía. Los jóvenes tiraron las vallas de contención y se enfrentaron con piedras a los carabineros, que respondieron con lanzamiento de gases lacrimógenos, lo que habría generado entre cinco a 10 detenidos.
Los incidentes se sucedieron en varios puntos del centro de la capital, y Carabineros (policía militarizada) empleó gases lacrimógenos y chorros de agua para dispersarlos. Las manifestaciones se repitieron en otras ciudades del país.