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Una secta quemó a un bebé por creerlo el Anticristo

Lunes, 29 de abril de 2013 07:41
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Una noticia macabra sacudió Chile, cuando la Policía de ese país anunció la captura de varios integrantes que pertenecían a una secta responsable de la muerte de un bebé de tres días, quien fue quemado vivo bajo la creencia de que era el Anticristo.

El episodio ocurrió el 23 de noviembre por orden del líder de la secta, un hombre de 35 años identificado como Ramón Castillo Gaete, quien se hacía llamar “Antares de la Luz”, informó el sitio El Mercurio Online. El caso se conoció a partir de una pesquisa en la que se buscaba una planta alucinógena llamada ayahuasca, que era utilizada por los miembros del culto.

La Policía de la comuna de Quilpué reveló que el niño nació en Viña del Mar el 21 de noviembre de 2012 y que era hijo de una de las mujeres de la secta, Natalia Guerra, de 25 años. Pero Castillo Gaete determinó que el pequeño era la encarnación del Anticristo, por lo que dos días más tarde orquestó un ritual en el que fue quemado vivo para evitar el fin del mundo, que estaba previsto para ese 21 de diciembre.

“Desde que se tiene noticia del embarazo de una miembro del grupo, se tomó la decisión, compartida y aceptada por los demás, en cuanto a dar muerte al bebé una vez que naciera”, explicó el fiscal de la causa, Juan Emilio Gatica.
Guerra fue detenida junto a varios de sus compañeros de culto: David Pastene (30), María del Pilar Álvarez (25), Carla Franchy (34) y Josefina López Núñez (24), quien quedó en prisión preventiva.

La Justicia chilena emitió un pedido de captura contra Castillo Gaete, aunque se presume que habría escapado a Perú con una suma cercana a 15 millones de pesos locales (unos 66 mil dólares), al enterarse que la policía había descubierto el macabro hecho.

Según el abogado de Guerra, Castillo Gaete ejercía manipulación psicológica sobre sus seguidores, pero además tenía sexo con todas las mujeres de la secta, aunque afirmaba que no podía concebir porque él era Dios. Por eso, ante el nacimiento del bebé, el líder del culto determinó que era el Anticristo.

Gatica determinó que el niño fue arrojado, desnudo y con la boca pegada con cinta adhesiva, a una caldera de dos metros de profundidad. Tras el sacrificio, los miembros de la secta consumieron ayahuasca, lo que les produjo alucinaciones.
Pero la hermana de una de las integrantes de la secta se enteró del episodio y radicó la denuncia, tras lo cual la policía encontró los restos calcinados del bebé en las inmediaciones de la casa.
 

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