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El presidente de Siria, Bashar al Assad, rechaza la posibilidad de renunciar al poder para concluir la crisis en su país, ya que ha sido elegido y “es el pueblo quien decide mi permanencia”.
En una entrevista publicada ayer por un diario de Buenos Aires, la primera que concede a un medio hispano desde el inicio de la guerra, Al Assad considera “inadmisible” que se diga que tiene que irse porque “Estados Unidos lo quiere o porque los terroristas lo piden”, en referencia a la oposición.
El mandatario achaca a múltiples elementos la extensión y profundización de la crisis en Siria, “el más importante es la intervención externa”.
Cuándo se le plantea que, según la ONU, la guerra ha causado más de 70.000 muertos, indica que “habría que preguntar a quienes plantean esas cifras la credibilidad de sus fuentes”, y añade que muchos de los muertos “son extranjeros que vinieron a matar al pueblo sirio”.
Al Assad dice que es poco objetivo hablar de un uso excesivo de la fuerza, y que “responde según el tipo de terrorismo que afronta”.
Respecto a si no hubo al inicio de la crisis la posibilidad de alcanzar un diálogo para evitar este desenlace, dice que se hicieron reformas “pero ante cada paso que dábamos aumentaba el terrorismo”.
Y añade que “el terrorismo no puede ser el camino hacia las reformas y que “nadie quiere dialogar con un terrorista que degella, mata y usa gases químicos”.