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Pasan los días, surgen nuevos datos y crece el estupor. A tres días de la increíble liberación de tres mujeres que estaban secuestradas hacía diez años en la casa de un hombre, Ariel Castro, en Cleveland, medios de todo el mundo dieron a conocer una carta presuntamente escrita por él y encontrada en su casa durante los allanamientos, en la que él se reconocía como un “depredador sexual” y pedía ayuda.
Además de cadenas y cuerdas, en la casa del horror en Cleveland, Ohio, los investigadores habrían encontrado una carta en la que Castro confiesa sus crímenes y una patología de adicción al sexo y exhibe una tendencia suicida.
Así lo afirmó el periodista de la cadena 19 Action News Scott Taylor, quien asegura tener una copia de la carta, presuntamente escrita en 2004, cuando las tres jóvenes secuestradas -capturadas a lo largo de tres años- ya estaban viviendo obligadas en su casa. En su cuenta de Twitter, Taylor publicó fragmentos de la carta.
“Ellas cometieron un error”
Además, se refiere directamente al secuestro de Amanda Berry -quien tuvo una hija en cautiverio-, Gina De Jesús and Michelle Knight. “Ellas están acá contra su voluntad porque cometieron el error de meterse en un auto con un completo extraño. No sé por qué busqué a otra. Ya estaba poseyendo a dos”, reflexiona en otro momento.
En la carta, Castro también revela sus deseos de suicidarse y pide que, en ese caso, le den todo el dinero ahorrado a sus “víctimas”.
Finalmente, Taylor cuenta que Castro, de 52 años, se mostraba sorprendido por la edad de Gina De Jesus porque pensó que era “mucho mayor”.
Cargos graves y fianza
Ariel Castro fue detenido junto a sus dos hermanos el lunes, pero es el único con cargos formales. Anteanoche lo imputaron por secuestro y violación reiterada y ayer a la mañana fue presentado ante la Justicia.
Castro, un exconductor de un colectivos escolares desempleado, no se pronunció durante la audiencia y permaneció de pie y esposado, mirando al suelo y mordiéndose el cuello de la camisa, mientras el tribunal dictó una fianza de dos millones de dólares por caso -8 millones de dólares en total, teniendo en cuenta a la niña de seis años que nació en su casa-, por lo que permanecerá preso.
Los hermanos, sin cargos
Junto a Ariel Castro comparecieron los dos hermanos del acusado, Pedro, de 54 años, y Onil, de 50 años, por cargos no relacionados con las acusaciones formuladas contra el primero.
Los dos hermanos fueron detenidos el lunes junto a Ariel pero el miércoles el fiscal del caso, Víctor Pérez, advirtió que no presentaría cargos contra ellos al considerar que no estaban relacionados con el secuestro de las jóvenes.
Pedro y Onil tenían pendientes acusaciones por dos delitos menores relacionados con el consumo de alcohol y drogas en público y fueron puestos en libertad por la jueza.
Las tres mujeres pudieron ser liberadas el lunes gracias a que una de ellas, Amanda Berry, quien sería la madre de la niña encontrada, pudo romper una puerta, sacar un brazo y comenzar a gritar para que alguien del exterior la socorra.
Un sujeto violento y despiadado
Las mujeres soportaron 10 años de cautiverio en una casa sucia donde se las violaba y solo se les permitía salir disfrazadas a un garaje a pocos metros de distancia, según los investigadores.
Aunque siguen sin aclararse muchas incógnitas sobre cómo Castro mantuvo un control tan rígido sobre las mujeres durante tantos años antes de que una de ellas lograra finalmente escapar el lunes y alertar a la Policía, los horrores que sufrieron han comenzado a salir a la luz pública.
La Policía dijo que al parecer las mujeres eran atadas con cuerdas y cadenas de vez en cuando y eran mantenidas en habitaciones diferentes. Padecieron prolongados acosos sexuales y psicológicos, y sufrieron abortos, según un concejal.
Castro ya había sido acusado de romperle la nariz dos veces a la madre de sus hijos, tumbarle un diente, dislocarle los hombros y amenazar matarla, así como a las hijas de ella, de acuerdo con una denuncia de violencia doméstica interpuesta en 2005.