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Una vecina de El Huayco aportó ayer un valioso testimonio en la investigación del crimen de Javier Trogliero, de 36 años, quien terminó acuchillado en una reunión de amigos, la madrugada del 1 de junio, en esa barriada del norte de la capital.
La testigo que declaró en la víspera, de apellido Gallardo, vive al lado de la casa donde se realizó la fiesta que tuvo alcohol en exceso, apuestas de póker, pulseadas y un sangriento final poco después de las 5,30.
El anfitrión de ese encuentro, Mario Del Barco (36), es uno de los tres detenidos. Los otros son Sebastián Guitián (35) y Juan Carlos Gómez Paz (37). El abogado querellante, Darío Palmier, los señaló como presuntos copartícipes de la agresión que originó la muerte de Trogliero.
Gómez Paz declaró que fue él quien le asestó los cuatro puntazos a Trogliero, con una navaja que cargaba en su auto, pero argumentó que lo hizo en defensa propia porque la víctima lo atacó en las afueras de la casa por motivos aún no aclarados.
Sobre el testimonio que aportó ayer la vecina, el abogado de Del Barco, Javier Latorre, dijo que su relato reafirmaría que su defendido y Guitián sólo fueron testigos accidentales. Ambos declararon que estaban dentro de la vivienda cuando en la calle ocurrió el altercado entre Gómez Paz y Trogliero. Guitián manifestó que corrió a separarlos y del Barco, que alejó el arma de la escena para desactivar la agresión, y que llamó inmediatamente al 911 pidiendo asistencia médica. Palmier sostiene que intentó ocultar el arma.
La testigo Gallardo -según Latorre- declaró que ella hizo un llamado al 911 y que poco después escuchó a Del Barco pedir a gritos por teléfono la ambulancia. Uno de los informes policiales indica que el 911 registró un llamado a las 5.38, sin especificar quien lo realizó. Entre las medidas que pidió el querellante particular está, justamente, el requerimiento de la sábana de llamados que confirmaría quién o quienes se comunicaron con el sistema de emergencias. Este no es un detalle menor, ya que en el expediente consta que policías de la Comisaría Sexta llegaron al lugar a las 5.53, mientras que el cabo de guardia del Hospital San Bernardo, de apellido Morales, informó recién a las 6.54 el ingreso de la ambulancia 715 del SAMEC, en código rojo, con Trogliero prácticamente desangrado. ¿Por qué la víctima ingresó al hospital una hora y 16 minutos después de que se hiciera el pedido de auxilio al sistema 911? Desde el servicio médico Forense se hizo notar al juez Dubois que en la carrera que pudo haber evitado la muerte de Trogliero a causa de un shock hipovolémico se perdió, lamentablemente, la llamada “hora dorada”, o primera hora, que resulta crucial en estos casos.
¿Qué dice el libro de guardia del San Bernardo al respecto? ¿La Justicia pidió ese libro? Según parece, las irregularidades que arrastra la investigación desde las primeras horas no quedaron en la negativa del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF) a brindar asistencia científica a la justicia, ni en el hecho de que el auto del confeso agresor, con manchas de sangre, haya llegado a la Policía 14 horas después, lavado, y que las ropas ensangrentadas de la víctima hayan sido recibidas por la Justicia cuatro días después, incluyendo dos pares de medidas y dos shorts de baño en la insólita acta de entrega.