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Horas libres en las aulas vs. calidad educativa

Domingo, 09 de junio de 2013 22:11
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Florencia, al igual que sus compañeros de segundo año, no aprendió nada de nada de inglés durante un mes en el colegio Benjamín Zorrilla, ubicado en el micro centro salteño. Es que la profesora estaba con carpeta médica y nadie la reemplazó. A esto hay que sumarles que hasta antes del cierre del primer trimestre no sabía con qué nota saldría en la libreta. En el otro extremo de la ciudad, en el colegio Aráoz, de barrio Intersindical, los chicos también perdieron un mes de clases de Matemática y Lengua. “Y para colmo después pretenden en tiempo récord dar los contenidos atrasados y que los chicos entiendan”, se quejó una mamá.

Las horas mal llamadas “libres” en las aulas son horas en las que los chicos pierden conocimientos. Florencia, por ejemplo, debido a una normativa educativa que en Salta establece el nombramiento de un suplente después de los 30 días, perdió ocho clases de más de una hora cátedra (45 minutos). Durante este tiempo estuvo sin poder practicar equis tema con la profesora, no pudo consultar ni aprender nada nuevo.

En 2012, de acuerdo a datos del Ministerio de Educación local, en las escuelas salteñas, 14 de cada 100 docentes faltaron por mes por distintas causas, principalmente por enfermedad. Si bien con esta cifra es imposible calcular con exactitud la cantidad de horas que se pierden por falta del docente, a simple vista se puede deducir que se perdieron más de 14 de cada 100 horas por mes.

La dinámica de un trabajador de la educación secundaria es particular. Un docente puede dictar clases en uno o varios establecimientos educativos y tener hasta un máximo de 66 horas cátedras semanales.

Uno de los principales motivos del ausentismo de los docentes, según datos de Educación, es por carpeta médica. El asunto es que cuando esta se alarga hasta 30 días, se convierte en un tiempo prácticamente “muerto” porque el preceptor no puede reemplazar de ninguna manera al profesor.

A pesar de que se habla de forma constante de la tan ansiada “calidad educativa”, parece ilógico que en la actualidad, una reglamentación educativa sea la que naturaliza que los chicos no tengan clases. “Por normativa para que nombremos a un suplente deben pasar más de 30 días”, recordó una miembro de la Junta Calificadora de Salta, quien admitió además que “se hace difícil encontrar a un profesor que acepte el cargo cuando esta licencia se extiende un poco más”.

Sin solución

Hay diversas posturas del au­sentismo docente en Salta, hay sectores que lo admiten como un “problema grave” y otros se escudan tras el decreto 4118/97 que reglamenta las numerosas posibilidades que tiene el docente para ausentarse. Como la vorágine no es la misma, el ausentismo de profesores es más notable en la secundaria que en la primaria y con índices más elevados en las públicas que en las privadas. Ante la ausencia de los educadores, por más que los chicos asistan a las escuelas, las horas libres son irrecuperables.

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