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28 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
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El pututu salteño, un sonido único e irrepetible

Lunes, 12 de agosto de 2013 04:39
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Entre esas cosas que tienen las expresiones artísticas y que nos permiten revitalizar constantemente nuestra capacidad de asombro, un artesano sorprendió cuando interpretó un instrumento único, con un sonido que nos traslada indefectiblemente a culturas del pasado.

Es el pututu. Y durante el espectáculo que ofreció el Coro Arsis hace unas pocas semanas junto a músicos locales en el Anfiteatro, camino a Cafayate (Quebrada de Las Conchas), turistas y salteños se sorprendieron al escuchar por primera vez ese particular son, tan profundo y potente que envolvió íntegramente este especial lugar. Buscando compararlo, muchos coincidieron en que lo más parecido es el sonido que emite el erke. Pero algunos más conocedores lo llevaron a igualar al sonido que, en tiempos ancestrales, se podía lograr con caracoles marinos, particularmente en las costas peruanas y en otras culturas asiáticas.

Y en lo que sí todos coincidieron y compartieron fue que escucharlo resultó estremecedor y emocionante.

El pututu es un instrumento de cerámica que es interpretado por Rafael Bonorino, integrante del trío Visceral y artesano que vive en el lugar.

Esta vasija, con suaves decoraciones diaguitas, está rodeada por un conducto que va por dentro y se observa su forma desde afuera, similar a una fina culebra que eleva su cabeza en lo que constituye la boquilla desde donde se sopla. Fue lograda por Osvaldo “Colo” Cassina en 1994, durante el Primer Encuentro Nacional de Ceramistas “Barro Calchaquí” de San Carlos.

 El pututu original andino se fabricaba con una caracola marina grande para emitir sonoridades potentes.

El cuenco le fue obsequiado a Bonorino y el año pasado, en una nueva edición del encuentro de ceramistas, reapareció y sonó para la gente.

La curiosidad nos llevó hasta Bonorino, quien le cuenta a El Tribuno que “la sonoridad de este instrumento es irrepetible”.

Y abunda en detalles al explicar que Cassina lo construyó y siguió investigando basándose en el pututu original, un aerófono precolombino, pero no logró fabricar otro igual que sonara como éste, lo que lo hace único en el mundo y que yo interpreto”, explica este fueguino que hace más de treinta años reside en Salta.

La particularidad

Según explica Bonorino, “ la cerámica es algo vivo. Adopta formas, color, consistencia y sonoridad acordes al secado en el horno y otros procesos”. Esta particular alquimia es la que permitió que Cassina obtenga este pututu con características únicas e irrepetibles en el sonido. A partir de este hallazgo, Bonorino formó el trío musical junto a dos percusionistas, Leticia Martínez y Adrián Robles que interpretan tumbadoras, en un ensamble que cataloga como “neocalchaquí visceral”.

El ceramista va más allá y asegura que “interpretar el pututu tiene raigambre ritual, un mandato que nace del propio instrumento que pide sonar solamente en forma ceremonial y dedicada”. Y aclara que “no hace música, sino que emite sonidos viscerales, esenciales, desde muy adentro del ser. Pienso que vienen de mundos ancestrales, muy primitivos que se manifiestan a través del instrumento”.

En el Tawantinsuyu los chasquis anunciaban su llegada a cada puesto tocando su pututu; también se usaba en rituales de sanación y en los combates bélicos.

La búsqueda

Cassina se inspiró en el pututu original, que es del caracol marino. Y el nombre quechua podría asimilarse a una trompeta andina, que se usaba para ahuyentar al enemigo. Con Bonorino siguen intentando construir uno igual, pero no lo han logrado aún. El pututu hizo vibrar con su energía el Anfiteatro en el concierto; lo invadió completamente”, grafica y en eso coincide con los espectadores y ocasionales turistas que estuvieron en el lugar.

Y suma detalles a su descripción, cargada de admiración, al asegurar que “estos sonidos le llegan a la gente de una manera especial, diferente y muy profundo. Los especialistas en medicina oriental están seguros que es curativo”.

Para concluir el diálogo, el artesano explica que el pututu es, además, muy versátil, porque puede acompañar armonías con todo tipo de instrumentos. “Que quede claro: el pututu siempre se comunica, genera ceremonias, no estados musicales. Es una combinación perfecta, un llamado a vivir intensamente”.

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