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El kirchnerismo, obligado a sumar votos en las primarias

Sabado, 03 de agosto de 2013 22:45
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Con un 65% del electorado desaprobando la gestión del Gobierno nacional, y en medio de un alto desconocimiento de lo que se vota, Cristina de Kirchner se encamina el domingo que viene a una contienda que podría empezar a derrumbar buena parte de su capital político, y obviamente cualquier eventual intento de re-reelección. Entre tantos números e incógnitas, existe una certeza: pase lo que pase en las primarias, la tendencia en las generales será peor para los candidatos ultrakirchneristas.

Eso ocurriría pese al intenso involucramiento personal de la Presidenta en la campaña, lo que la llevó a violar groseramente la veda electoral en reiteradas ocasiones, la última vez en Salta, con anuncios proselitistas disfrazados de actos de Gobierno.

Más allá de haber recortado la distancia contra Sergio Massa en Buenos Aires, las encuestas en ese definitorio distrito se muestran inapelables para el kirchnerismo: tras haber superado su desconocimiento inicial, Martín Insaurralde estaría muy cerca de su techo electoral y ningún sondeo lo ubica menos de cuatro puntos por debajo del intendente de Tigre en las primarias. Alguna medición, en el otro extremo, hasta habla de una brecha superior al 10%, lo que transformaría a la hipotética victoria de Massa en un trampolín sin escalas a 2015.

De cumplirse los pronósticos de las cuatro encuestadoras consultadas por El Tribuno, el oficialismo dejaría escapar la semana que viene más de veinte puntos desde la elección presidencial de 2011. Casi un punto por mes desde ese resonante 54%.

El fenómeno no se daría solo en Buenos Aires, el distrito más populoso de la Argentina, ya que se descuenta una derrota oficialista en Córdoba, Santa Fe, Capital Federal y Mendoza. Eso, más allá de los esperables triunfos oficialistas en provincias menos influyentes como Jujuy, Chubut, Chaco, Misiones, Río Negro, La Pampa y Formosa.

El 12 de agosto Cristina podrá decir al menos que el Frente para la Victoria fue globalmente el partido más votado, lo que en realidad no es un mérito del oficialismo sino una fragmentación de la oposición a la hora de establecer acuerdos políticos.

¿A qué se debe tanta dispersión de sufragios en solo dos años? Puede haber muchas razones, pero la percepción de que se vive un fin de ciclo podría ser una de las más consistentes. Sin demasiados candidatos posicionados para 2015, la sociedad tomaría esta elección como una búsqueda de nuevos liderazgos, todavía sumamente difusos ante los ojos de la opinión pública.

¿Podrá el intendente de Lomas de Zamora dar vuelta el resultado en octubre, la elección que en realidad importa? En política todo es posible, aunque todo indica que la diferencia en su contra podría llegar a ser aún mayor gracias a la tracción del voto útil, sufragio que se vuelca indefectiblemente al candidato opositor más elegido. Si bien el balotaje de 2003 fue presidencial y no legislativo como en este caso, en esa elección el voto útil hizo renunciar a Carlos Menem, quien pese a haber salido primero en la elección se encaminaba a una derrota estrepitosa por el rechazo a su figura.

“Buena parte del 13% de los votos que podría sacar un antikirchnerista furioso como Francisco de Narváez podrían volcarse en octubre directamente a Massa, agrandando aún más su caudal electoral”, aseguró a El Tribuno Gustavo González, titular de Latam Research. En su último sondeo, el tigrense supera el 34%, seis puntos por encima de Insaurralde. Hay algunos, incluso, que ya hablan de una eventual declinación del colombiano después de las primarias si se confirma su baja intención de voto.

Jorge Giacobbe, que presentará este miércoles su última encuesta, adelantó a este diario que en su nueva medición no estaba percibiendo el achicamiento de la brecha por parte de Insaurralde. “Hace dos semanas había 12,5% a favor de Massa, y hoy esa diferencia no está sufriendo grandes cambios”, señaló. Sus números no coinciden, por ejemplo, con los de Analía del Franco, titular de Analogías, quien le dijo a El Tribuno que aún lo tiene a Massa primero por cuatro puntos -uno menos que Graciela Romer- “pero bajando”.

La elección bonaerense no solo es clave por concentrar el 40% de los votos, sino también porque de allí podrían salir los eventuales sucesores de Cristina. Una victoria de Massa, aún por un punto, lo colocaría bien posicionado para buscar la presidencia en 2015, aunque una diferencia mayor lo ubicaría primero en la lista. Allí también aguarda agazapado Daniel Scioli, quien está jugando su prestigio en la campaña de Insaurralde. Una derrota del kirchnerismo será también su derrota, con todo lo que eso implica a solo dos años de la renovación presidencial.

Los otros distritos grandes

El liderazgo macrista en suelo porteño sería ratificado el domingo en la lista de senadores que encabeza Gabriela Michetti, pero podría sufrir un desgaste en la de diputados. Según todas las encuestas, Elisa Carrió quien casi se retira de la política tras su bajísimo resultado en 2011- llegaría el domingo al 20% de los votos, solo superada por el macrista Sergio Bergman. Sin embargo, en octubre la fundadora del ARI podría superar al rabino si los votos del resto de los candidatos de UNEN -Martín Lousteau y Ricardo Gil Lavedra- van mayoritariamente para ella. Un escenario de ese tipo todavía es prematuro, ya que la diputada chaqueña lanzó críticas para todos sus competidores internos amenazando la solidez del espacio. “Estamos midiendo cuánto daño le hizo Carrió a UNEN. Si se queda callada le va a ir mucho mejor que si se sigue exponiendo”, dijo Giacobbe. Y fue más allá: “Si Carrió no hace campaña, Daniel Filmus se queda afuera del Senado”.

El kirchnerismo pone en juego a dos de los tres senadores porteños y corre el serio riesgo de quedarse sin ninguno, ya que probablemente Pino Solanas capte en octubre buena parte de los votos de sus contrincantes internos, Rodolfo Terragno y Alfonso Prat Gay.

Hermes Binner va camino a sacarle más de 25 puntos al ahora kirchnerista Jorge Obeid, y también se posiciona para disputar el voto no peronista en las presidenciales de 2015. Algo parecido, aunque por menor porcentaje, podría pasarle en Córdoba al gobernador José de la Sota, aunque su candidatura podría terminar eclipsada por la de Massa o Scioli.

En Mendoza, el exvicepresidente Julio Cobos es favorito para imponerse sobre el kirchnerismo local. En esa provincia podría producirse uno de los pocos triunfos radicales y, por qué no, otro precandidato a la presidencia.

 

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