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Luego del escándalo de Pueyrredón al 1600, cuando la denuncia de una chica de 16 años precipitó un allanamiento que aparentemente se venía preparando desde hace un par de meses, la decidió. Al enterarse de la detención de su exmarido, Celso F., Romina, la mujer que se casó, tuvo dos hijos y vivió ocho años al lado del acusado, se presentó ayer a primera hora en la División de Trata de Personas, para colaborar con la causa. Decidida, declaró ante los efectivos que realizaron el procedimiento y el lunes lo hará ante la jueza que instruye en la causa. Su objetivo es que Celso no recupere su libertad.
El hombre fue detenido durante un megaoperativo que duró 48 horas. En su domicilio encontraron material pornográfico de menores de edad en una computadora, un celular y numerosos DVD, como así también libros con material pornográfico. El acusado actualmente se encuentra detenido en la Alcaidía Judicial y el lunes a primera hora declarará ante la jueza Beatriz Renzi, quien se encuentra a cargo de la causa y quien libró las ordenes de allanamiento en su debido momento.
En una conversación en exclusiva para El Tribuno, Romina contó como conoció al hombre que según sus propias palabras la hizo vivir un “verdadero infierno”, durante casi ocho años.
“Cuando tenía 15 años lo conocí a través de un programa de radio. Era adolescente y con mi prima quería saber sobre fantasmas; él nos dijo que sabía cómo contactarlos y así nos hicimos amigos. Al poco tiempo logró manipularme de tal forma que me alejé de mis amigos y hasta de mi familia. Me escapé de mi casa y me fui a vivir con él”, contó.
Tras un tiempo de novios se casaron y tuvieron dos hijos, una nena y un varón que falleció a raíz de un mal congénito en el corazón.
“Viví un verdadero infierno al lado de Celso; con el tiempo descubrí que era un hombre pervertido y morboso. Me obligaba a hacer cosas que no quería y si me negaba me agarraba a golpes. Era muy violento conmigo y con su mamá, quien padece una discapacidad mental, sumado a que no trabaja y es un mantenido”, relató.
“En el 2005 -continuó- lo denuncié porque quería abusar de nuestra hija de tan sólo un añito; él mismo me confesó sus intenciones, dándome una absurda explicación. Lo denuncié pero la justicia me dio la espalda y no me creyeron. Cuando volví a la casa me golpeó de tal forma que perdí el reconocimiento. Cuando logré recuperarme, lo abandoné. El me denunció, inventó cosas y manipuló a otras jovencitas. Me hizo mucho daño. Hoy después de varios años siento que poco a poco me voy recuperando”.
Cuando se presentó en la División de Trata de Personas y contó los detalles que conoce del sujeto, sus antecedentes y el modo en el que utiliza a jovencitas, Romina pidió hablar con la adolescente de 16 años que fue rescatada de la vivienda el miércoles.
“Fui a ver a su actual novia; tiene casi la misma edad en la que yo lo conocí. Hablé con ella para decirle la clase de persona que es. Esto también lo hice con otra chica hace años. En esa oportunidad los padres me buscaron para hacer entrar en razón a su hija, que decía estar profundamente enamorada. Hoy que soy más grande puedo asegurar que él elige a chicas jóvenes para manipularlas. Con todas hace lo mismo, utiliza las mismas estrategias”, contó. “Hace años la Justicia me dio la espalda; inclusive me culparon por mentiras de Celso: Hoy el tiempo me da la razón. No quiero que lo liberen, quiero que se haga justicia”, finalizó.