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El próximo 14 de noviembre el departamento de Cafayate celebrará su aniversario 150. El municipio fue creado por una ley durante la gobernación de Juan N. Uriburu. Un mes antes, las autoridad eclesiásticas había erigido el Curato de Cafayate.
La ley fue sancionada el 11 de noviembre de 1863 por la Representación General de la Provincia (Legislatura). Días después, el 14 de noviembre, el gobernador Uriburu promulgó la norma que además, disponía la división del nuevo departamento en cuatro partidos: Lorohuasi, Yacochuya, Tolombón y Conchas.
Uriburu designó a Félix Maidana como primer intendente de Cafayate y le ordenó convocar a elecciones para regidores municipales (concejales). La ley de Uriburu fijó al nuevo departamento sus límites.
El pueblo de Cafayate
La localidad vallista nació gracias a la donación que en 1828 hizo doña Josefa Antonia Frías de Aramburu “en favor de Nuestra Señora del Rosario, del terreno que sea necesario para la formación de un pueblo y que debe segregarse de la posesión en este paraje de Cafayate, en el mismo lugar donde se halla una capilla y casa de los curas...”.
Donación
La donación fue aceptada por la Provincia el 4 de noviembre de 1828, pero 12 años después, recién comenzó a concretarse. El 20 de julio de 1840, ya fallecida doña Josefa Antonia, su hijo Manuel Fernando de Aramburu dispuso llevar a cabo los deseos de su madre. Para ello solicitó a su primo Rosendo Frías la mensura y demarcación de la plaza y las manzanas de la localidad.
Algunos autores como Samuel Lafones Quevedo, sostiene que la palabra “Cafayate”, que deriva del cacán -lengua ya desaparecida hablada por los diaguitas o calchaquíes- significaría sepultura de las peñas o de las elevaciones.
Lafone Quevedo hizo una serie de deducciones idiomáticas hasta llegar a esta conclusión.
No faltan los quienes sostienen que deriva del nombre del cacique Cafayate, vecino del cacique Tolombón. Otros dicen que significa cajón de agua.
Pero lo cierto es que los cafayateños eran una tribu del Valle Calchaquí, tal como lo confirmó el padre Hernando de Torreblanca.