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¿Te has fijado que cuando conversas con alguien que te interesa se mueve distinto y tú también? Son señales o, en términos estrictos, un lenguaje corporal que con un poco de instrucción puedes leer.
El cuerpo de frente, en diagonal, hacia delante o atrás, mano que te apunta o que se aleja, pies mirando hacia ti, la cadera, etc. son algunos de los signos que van dando pistas para descifrar el mensaje oculto de lo que se siente o quiere, más allá de lo que se dice o verbaliza.
Según Larisa Michell, psicóloga clínica y terapeuta corporal del Centro de Integración Cognitivo Corporal, nuestra corporalidad nos permite distinguir lo que no pasa, lo que le sucede a otro y cómo se está sintiendo la otra persona. Pero, además, ayuda a reconocer con facilidad si alguien está interesado en ti.
“Conocer el lenguaje corporal es tremendamente beneficioso, somos mamíferos con lenguaje. El verbal ha permitido un tremendo desarrollo como seres humanos; sin embargo, también nos ha desconectado de un espacio esencial nuestro, que es el espacio de nuestra corporalidad y nuestras emociones”, afirma la profesional.
En ese sentido, explica que incorporarlo nos hace ser más asertivos en relación a, por ejemplo, la pareja, los hijos y los jefes.
“Las emociones tienen una correlación en las disposiciones corporales, por lo que puedo saber si el otro se está sintiendo triste, tenso, enojado o relajado, si es que aprendo a reconocer estas distinciones en el cuerpo”, explica.
Sin embargo, sucede que comúnmente no estamos atentos a las señales no verbales y, por el contrario, ponemos demasiada atención a lo verbal, sin considerar que el cuerpo comunica en todo momento.
El espacio del cuerpo o el lenguaje corporal son centrales en el proceso de seducción, según afirma la terapeuta Larisa Michell. “Si estamos en contacto con nuestras sensaciones físicas y menos con lo verbal, tenemos mayores posibilidades de acercamiento desde la seducción, ya que puedo encontrar la forma desde mis movimientos y expresiones para lograr un mayor acercamiento”, sostiene.
Ahora, ojo que tampoco hay que generalizar, porque también dependiendo de los tipos de personalidad habrá distintas formas de conquistar. Pero, dice la experta, que si una persona tiene interés en conquistar a otra, corporalmente intentará acercase, ya sea inclinándose hacia ella, extendiendo los dedos de sus manos o dando un paso hacia la persona.
“Señales de tensión, como la rigidez corporal, claramente tienden más al distanciamiento que al acercamiento hacia otro, pero no necesariamente es por desinterés. Un hombre más tímido, puede tender a rigidizarse frente a la persona que quiere conquistar”, advierte la psicóloga Michell. Y agrega que cuando tienden a romper el contacto visual o la mirada se les pierde, se debe a que la persona está con la atención puesta en cualquier otro lado. “Pero también existen personas más distraídas o que tienden a evadirse ante la conquista”, subraya.
El hecho es que el arte de la seducción es una actitud instintiva en el ser humano, es la forma natural por la cual se realiza el cortejo, al igual que en las demás especies. Las técnicas empleadas en el arte de la seducción son variadas y dependen de las circunstancias y personalidad de los involucrados.
Los humanos, al igual que el resto de las especies, tenemos nuestros rituales de conquista amorosa, y en muchos casos esa “declaración” solapada, antes de ser verbalizada, se expresa con posturas y gestos.
Ocho posturas que dicen mucho
Para conocer cuáles son estas señales, en lenguaje corporal.org, que dice ser la primera comunidad latinoamericana de comunicación no verbal, publicaron un minimanual que enseña a las mujeres ocho posturas para memorizar y no perder la oportunidad de analizar el primer encuentro con esa persona que les interesa.
1.- Se inclina ligeramente hacia ti: es la clave más sencilla de leer. Si lo hace es porque quiere acercarse y cerrar el círculo entre los dos.
2.- Está derecho, incluso rígido: no es una posición muy cómoda y, aunque esté sonriendo y te esté prestando toda su atención, su actitud es sólo amistosa.
3.- Extiende la mano y te apunta con las puntas de sus dedos: pueden ser gestos rápidos o lentos, pero en ambos casos él está buscando acercarse para tocarte.
4.- Mantiene su mano alejada y con los dedos apuntando en otra dirección: si su mano no avanza hacia las tuyas, no siente real interés por ti, al igual que si sus dedos se mantienen cerrados o apuntando hacia sí mismo.
5.- Acercar un pie hacia los tuyos, incluso invadiendo el espacio entre ellos, es una “trampa” que hace para disminuir el espacio entre ambos, cuando no puede hacerlo tan evidente.
6.- Escanea el lugar, rompiendo el contacto visual contigo: si está aburrido o distraído, le costará mantener el contacto visual contigo, pues su mente empezará a divagar.
7.- Deja de sonreír y su mirada se pierde: quizás su mente se encuentra lejos de allí, con cero interés en lo que hablas o le dices.
8.- Si uno de sus pies, especialmente el izquierdo, que es controlado por el brutalmente honesto hemisferio derecho, parece que cobra vida propia y se separa hacia un lado levantando la punta, es la señal de que quiere irse.