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Tengo una herida en mi dedo anular desde hace 10 días, empujé un sobre grande doblado que atascaba la boca del buzón situado frente a Correos
en la Deán Funes, yo quería echar una carta en ese buzón. Y la boca del buzón me mordió, sangré e hizo una herida profunda. Este buzón tiene un sistema de clavos abatibles en su boca para impedir que la
gente robe las cartas metiendo la mano. Ojalá tuviese tiempo para poner una buena denuncia al Servicio de Correos, con su certificado médico, pero este mes ya tengo cumplida
la cuota con una a Flecha Bus por venderme plaza ejecutiva y darme una corriente. Por eso me consolaré con publicar esta agresión; sé que no servirá para nada porque el responsable no pagará pero servirá para
advertir al resto de los ciudadanos que nos siguen tratando como opas y sin presunción de inocencia. Y es que la persona que dejó el sobre grande antes que yo, seguro que ya sabía lo que le podía ocurrir, por eso no se animó a empujarlo. Por lo menos podrían advertir en el
buzón: “Muerde; use un palo para empujar su correo (claro, deberían poner un palo atado al buzón también).
Enrique Carbonell Sánchez-Gijón
Salta capital