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Hasta 2.000 dólares pedían hoy en la reventa por una entrada a los argentinos, que en gran número llegó a las puertas del Maracaná sin tener garantizado su ticket.
Desde muy temprano, cuando todavía faltaban más de siete horas para el inicio del encuentro, cientos de fanáticos que llegaron desde Argentina caminaban de un lado a otro intentando conseguir un ticket a buen precio.
Pero la enorme mayoría se resignaba al escuchar que los revendedores, algunos de ellos también argentinos, pedían hasta 2.000 dólares.
Primero en el emblemático barrio de Copacabana, que fue invadido por argentinos en los últimos días, y más tarde en las inmediaciones del Maracaná, los pedidos de entradas se repetían por todos lados.
Algunos ofreciendo dinero casi en voz baja por miedo a ser escuchados por la policía, pensando que quizá podrían detenerlos, y otros, más jugados, mostrando carteles.