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La foto que aparece más arriba muestra a los familiares durante un homenaje a los soldados caídos en un feroz enfrentamiento ocurrido el 5 de octubre de 1975 en Regimiento 29 de Infantería de Monte, en Formosa. Fue publicada en el blog de Horacio Palma.
Esta batalla fue quizá la operación militar de mayor envergadura desarrollada por la organización guerrillera Montoneros. Según informó la propia organización, esta acción militar se montó sobre la Sección de Combate “Fred Mario Ernst” compuesta por dos grupos de combate y siete pelotones. Tenían como objetivo la reducción de las cuatro compañías, el retén, la guardia del cuartel y el casino de suboficiales. La estrategia desarrollada fue espectacular; los montoneros tuvieron doce bajas, que no estaban en la evaluación previa, aunque la fuga de los sobrevivientes fue exitosa. Habían copado el aeropuerto local y abandonaron la provincia en un Boeing de Aerolíneas Argentinas, que voló por debajo de la frecuencia de los radares y aterrizó en un campo en Rafaela. Se llevaron 50 fusiles.
Murieron 25 personas: 10 soldados, 12 montoneros, un subteniente, un sargento y un policía. Luego, cuando todo había terminado, los militares salieron a reprimir y mataron a tres vecinos desarmados que no habían tenido nada que ver. El combate, que fue un fracaso de la guerrilla, fue un prolegómeno del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976.
Los montoneros muertos recibieron reconocimientos y sus familiares, indemnizaciones. Los familiares de los soldados solo fueron reivindicados luego de que se publicara el libro Operación Primicia, de Ceferino Reato.
Hoy a las 20.30 en la sala 4 de Copaipa, Gral. Gemes 529, Salta, se proyectará la película Los valientes de Formosa, filmada por Sandro Rojas Filártiga, quien se encuentra en nuestra provincia preparando otra película, sobre el combate de Manchalá. Manchalá y Formosa fueron acciones militares ocurridas durante un gobierno democrático y constitucional; sin embargo, la consigna de la “teoría de los dos demonios” impide hasta hoy un análisis profundo de este drama que atravesó a una generación y que condiciona el pensamiento y la conducta política de la actual, formada en las resonancias que dejó el horror del terrorismo de Estado.
La posición que asume la película está muy lejos de ser equidistante. Pone el acento en la condición de agresores de las unidades montoneras y muestra una perspectiva que hoy sigue siendo “políticamente incorrecta”.
La negación obsesiva del estado de beligerancia por parte de la izquierda impide ver lo que ocurrió en la Argentina durante la Guerra Fría y el exilio de Perón. La violencia y la intolerancia destruyeron la conducta democrática y aniquilaron la política. Hoy los protagonistas de esa protoguerra o guerra de guerrillas negada salieron del escenario, aunque queden algunos sobrevivientes parecen hablar desde el pasado. No quedan vestigios tampoco de las ideologías que inspiraron a las organizaciones armadas de izquierda en el país. Pero el trauma sigue atravesando a la Argentina.