La Argentina tiene un verdadero karma desde hace 24 años que es no poder llegar a ese esquivo séptimo partido, que te da la posibilidad de jugar por el título o bien el premio consuelo de subir al podio y quedar entre los tres mejores de un Mundial. La última vez fue de la mano de Diego Armando Maradona, como el gran capitán e ideólogo, con una zurda maltrecha, pero igual de mágica. El DT era nada menos que Carlos Salvador Bilardo, quien cuatro años antes había levantado la Copa en México.
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La Argentina tiene un verdadero karma desde hace 24 años que es no poder llegar a ese esquivo séptimo partido, que te da la posibilidad de jugar por el título o bien el premio consuelo de subir al podio y quedar entre los tres mejores de un Mundial. La última vez fue de la mano de Diego Armando Maradona, como el gran capitán e ideólogo, con una zurda maltrecha, pero igual de mágica. El DT era nada menos que Carlos Salvador Bilardo, quien cuatro años antes había levantado la Copa en México.
Y para lograr que ese karma quede atrás, el entrenador Alejandro Sabella deberá pensar cómo hacerle daño a Bélgica, pero a su vez, cómo neutralizar a un seleccionado que a la hora de atacar hace tanto daño como la Selección albiceleste.
Por eso hoy por la cabeza del estratega pasa en hacer algunas variantes que le posibiliten darle al equipo un poco más de agresividad a la hora de defender. No sería entonces nada extraño que aparezca Maxi Rodríguez por el Pocho Lavezzi para hacer el ida y vuelta por derecha, ese que tiene por izquierda con Angel Di María.
Además la recuperación del balón será clave ante una Bélgica que maneja muy bien la pelota a la hora de hacerla circular. Javier Mascherano viene haciendo un gran Mundial, pero a la hora de defender se siente “sólo”, por eso Sabella tendría pensado “ayudarlo” con Lucas Biglia. En este caso Fernando Gago iría al banco de relevos. El volante llegó con lo justo a la Copa y jugó los cuatro encuentros, los tres de la clasificación, y el de octavos de final, por lo que un “descanso” no le vendría mal a su maltrecho físico.
Atrás y adelante también hay un déficit. El que más siente la Selección es el bajo nivel que viene exhibiendo Gonzalo Higuaín. El Pipita es hoy más importante a la hora de defender en los tiros libres y de esquina en contra, que a la hora de atacar, de llevar peligro al arco rival. Aún con este déficit, Sabella no lo tocaría.
Otro que puede dejar su lugar es el defensor Federico Fernández en manos de Martín Demichelis, aunque el DT está analizando esta variante con más detenimiento, teniendo en cuenta que la baja de Marcos Rojo (llegó al límite de amarillas y el lugar quedará en manos de Basanta) y la salida del marcador central sería cambiar media defensa en un partido clave como el del sábado.
La Argentina tiene la gran misión de llegar al séptimo partido, algo que se viene negando hace 24 años, y pasar ese karma y calvario que significó los cuartos de final en los últimos mundiales.