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El empleo público no hace crecer a una región

Jueves, 01 de octubre de 2015 00:00
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En contraposición a lo que ocurre en Salta, el presidente del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral), Marcelo Capello, propone generar mayor trabajo privado formal que empleo público. En este sentido, es claro: "El gran desafío es desarrollar un modelo económico donde existan más incentivos para que se generen empleos productivos y que la gente no dependa tanto de la ayuda social", dijo el economista en diálogo con El Tribuno.
¿Cómo analiza la situación del empleo en el país?
El país tiene muy pocos trabajadores formales privados, que son los empleos más productivos. Comparando por ejemplo con Chile, Argentina tiene 18 empleados formales privados cada 100 personas en edad de trabajar y el país vecino tiene 38. Y nos estamos comparando con un país que está tan lejos de los mercados como nosotros y es latinoamericano. El problema de la Argentina en materia laboral es que tenemos mucho empleo público y mucho empleo privado en la informalidad, que no es necesariamente por un problema de evasión sino que también ocurre porque se trata de actividades productivas que no suelen tener el nivel de productividad como para poder estar absolutamente en la legalidad por los altos impuestos.
Esto se agrava en las regiones más postergadas del país...
Regionalmente es más grave. Hay un promedio de 9 empleados formales cada 100 en el NEA y 11 cada 100 en el NOA, cuando las economías regionales podrían generar más empleo privado, que es lo que en definitiva hace crecer a un país o a una región, no el empleo público. En los últimos años, en las regiones no es rentable producir y eso ocurre por varios motivos; uno es que bajaron los precios de las materias primas a nivel internacional y otro tiene que ver con errores propios.
¿Cuáles son los errores que se cometieron?
Uno es haber dejado apreciar mucho el tipo de cambio, o sea haber perdido competitividad cambiaria, de manera que producir en Argentina es muy caro cuando lo medimos en dólares. Por caso, tras las devaluaciones recientes de Brasil, el salario industrial está un 150% más caro en Argentina que en el país vecino y así es muy difícil competir. Los costos de transporte están altísimo también en dólares y en las regiones que están alejadas de los grandes mercados y del puerto, como ocurre en Salta, esto hace que algunas actividades económicas no existan o estén trabajando a un nivel ínfimo.
¿Cómo se revierte este panorama?
La Argentina necesita, primero, tratar de venderle al mundo, no solo al mercado interno, porque las economías regionales tienen capacidad para venderle al mundo. Ponerse como norte una Argentina exportadora, de mayor valor agregado, que exporte menos producción primaria pero más alimentos procesados y producto de alto valor como software y similares. Para eso hace falta todo una estrategia comercial, que la Nación y las provincias tengan organismos para promover las exportaciones de manera coordinada y hace falta una economía competitiva. Cuando uno ve los índices de competitividad, Argentina todos los años pierde algunos lugares. No nos preocupamos por generar más competitividad que implica tipo de cambio, impuestos, costo de transporte, infraestructura y tener buenas instituciones. En todas estas variables el país viene retrocediendo año a año.
En Salta existe una producción casi exclusiva de productos primarios, ¿cuál es la consecuencia de esto?
Salta tiene chances de crecer en muchas producciones que implican procesar la materia prima y vender productos con mayor valor agregado, alimentos en general, pero no solo alimentos. En las ciudades del interior se podrían implementar programas para que cada vez más jóvenes estudien carreras como ingeniería en sistemas y, por ejemplo, exportar software. Pero para esto hace falta ser más competitivo, tener una salida al Pacífico para sacar la producción por Chile. Por eso hay que ser competitivo y tener la infraestructura necesaria para lograrlo, y la verdad que en la Argentina no se escuchó en los últimos años que los políticos estén preocupados por esa situación. Se han preocupado mucho para que se mantenga el nivel de consumo, pero no ser competitivo y exportar, y eso a la larga se termina pagando porque nos empezamos a quedar sin dólares y eso nos llevó al cepo cambiario y una situación dramática, ya que las reservas del Banco Central no van a aguantar por mucho más.
¿Hasta cuándo se puede continuar con esta política económica?
No da para un año más de atraso cambiario y de reservas menguadas en el Banco Central. Salvo que se siga recurriendo a los préstamos chinos para mantener las reservas. ¿Pero sabés quién viene recurriendo a los préstamos chinos para no hacer cambios en su economía?, Venezuela, que desde hace varios años sustituye las reformas necesarias en su economía y el arreglo de la distorsión de precios con esos préstamos para sus reservas y, la verdad, no solucionan nada. Tienen cada vez más distorsiones, faltantes de bienes y desabastecimientos. Con esto evitan haber estallado, que es lo mismo que Argentina está evitando en estos últimos meses, pero la economía sigue estancada y así como está no va a crecer.
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