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Es por eso que horas después del fuerte sismo de ayer los sacerdotes de la comunidad decidieron sacar de la iglesia al patrono del pueblo, San Francisco Solano, para llevar calma a los habitantes de El Galpón.
Los fieles se reunieron alrededor de la imagen, que fue apostada al frente de la puerta principal de la iglesia, para rezar y buscar tranquilidad espiritual. Los creyentes tocaban a su santo patrono para pedirle protección y rendirle culto.
Monseñor Cargnello, presente
A las 13, el arzobispo de Salta, monseñor Mario Antonio Cargnello, arribó a El Galpón para ofrecer una misa a todos los pobladores y llevar tranquilidad a sus fieles. En diálogo con El Tribuno, Cargnello se mostró conmovido por la noticia. "La verdad que me enteré esta mañana del temblor y no sabía que este sismo había sido tan grave", dijo. Y agregó: "Al ver esto te duele por la gente y por lo que han sufrido".
El referente de la Iglesia de Salta llamó a la unión del pueblo salteño para sobrellevar este momento y bregó por la paz. "Habrá que volver a empezar. Quiero pedirles que se queden tranquilos porque me parece que lo peor ya ha pasado, ahora el asunto es unirnos para enfrentar esto, y que sea una ocasión para levantar al pueblo", señaló el sacerdote.
Además, el párroco expresó su necesidad de estar presente junto a los salteños que sufrieron esta desgracia. "Cómo no voy a estar al lado de la gente y de mi párroco, el padre Eduardo. No puedo dejarlo solo, tengo que venir". También resaltó la importancia de la iglesia San Francisco Solano. "Esta es una iglesia que tiene un valor histórico, de los más importantes que tenemos en la arquidiócesis. Que Dios nos ayude", expresó.
Los testimonios
"Solo me queda darle gracias a Dios porque estamos todos vivos y logramos salir de adentro de la casa", expresó Graciela Palma, una mujer que vivió en carne propia el temblor.
Para esta mujer esos segundos fueron interminables. "Yo empecé a sentir que me movía para todos lados y me di cuenta de que era un temblor. No puedo creer que estamos vivos. Cuando vi que se derrumbó la pared, le dije a mi yerno que sea lo que Dios quiera", comentó.
A Olga Soraire el temblor le destruyó su camioneta. "Aunque tengo todo destruido quiero agradecer a Dios que a ninguno de mis familiares le pasó algo, eso es lo importante", agregó.
Pesé a su dolor y miedo, Olga sabe que tiene que salir adelante. "Ahora hay que seguir trabajando, lo material viene solo", finalizó.