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Guachipas: las heridas continúan abiertas

Jueves, 29 de octubre de 2015 00:30
<div>Omar Valdez marcha en la Ciudad Judicial. Jan Touzeau</div><div>
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Con un cartel en sus manos que decía: "No son héroes sino mártires", los familiares de Mauricio Valdez, uno de los brigadistas fallecidos en el incendio forestal de Guachipas, marcharon ayer en Ciudad Judicial. Los acompañaron familias de víctimas de crímenes impunes que todos los viernes manifiestan en la plaza 9 de Julio.
Ayer se cumplió un año de las muertes de Martín Albarracín, Víctor Ferreyra, Mauricio Valdez y Matías Vilte en El Acheral, en el paraje Las Juntas de Guachipas.
El abogado de las familias, Carlos Saravia, ratificó ayer la denuncia de "encubrimiento" contra el ministro Alejandro Cornejo D''Andrea y de "homicidio culposo" al exsecretario de Defensa Civil Víctor Ola Castro, al excoordinador de Brigadas Forestales César Dagum y al jefe del Sub-
programa Brigada Forestal Sr. Roberto Durneli.
Los responsabilizan por haber enviado a los cuatro jóvenes en condiciones antirreglamentarias y precarias a apagar un incendio que, según, el informe de los bomberos citados por el fiscal Gabriel Portal "era imposible de apagar y no ponía en riesgo viviendas".
Omar Valdez PADRE DE MAURICIO VALDEZ "La gente me dice: 'Seguí peleando por tu hijo'. Cosa que voy a hacer hasta las últimas consecuencias"
Lo que nunca nadie explicó hasta hoy es quién dio la orden tan desatinada y con consecuencias trágicas.
Omar Valdez, padre de Mauricio, dijo ayer: "Seguimos en la lucha. Estamos acá con un pedido de justicia ya que hasta el momento no la hubo".
Y agregó: "A pesar de que se abrió la causa, las fiscales que tienen ahora el expediente ya nos rechazaron un pedido de pronto despacho a las 24 horas de realizarlo".
Con respecto a la reapertura de la causa, Omar Valdez piensa que si no "hay prendida con el Gobierno o con la dueña de los terrenos del Acheral" se va a conocer la verdad y se va a hacer justicia.
"Nosotros queremos saber quiénes fueron los responsables que mandaron a nuestros changos a tierra de nadie", expresó Valdez.
"Todavía no lo podemos asimilar", se sinceró el padre del brigadista. "Siempre estamos esperando el momento en que mi hijo vuelva y esté con nosotros. Él fue un gran compañero conmigo y lo extraño un montón", expresó emocionado, con la voz quebrada y con lágrimas.
Las familias de los brigadistas afrontan un desafío muy fuerte: el Estado, a través de todos sus poderes, está garantizando el silencio.
"No estamos solos. Nos acompañan personas que han sufrido experiencias parecidas, y juntos vamos a seguir peleando. La gente está saturada de impunidad", finalizó Omar Valdez.
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