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Allí, un grupo de vecinos reactivó un espacio que por muchos años se mantuvo cerrado. En la actualidad, representa el único de estas características en toda la provincia.
La necesidad de encontrar un lugar que proporcione una mejor calidad de vida y evite futuras complicaciones en la salud forma parte de los objetivos perseguidos por quienes trabajan en el comedor.
Desde distintos puntos de la ciudad, los pacientes concurren a las instalaciones de calle Olavarría al 1.200 para comprar por 45 pesos una vianda que les sirve tanto para el almuerzo como para la cena. La misma incluye cuatro platos (entrada, principal, sopa y postre).
Pensado como un servicio que beneficia a la comunidad, el comedor comunitario para diabéticos solo cuenta con un reciente subsidio otorgado por el Concejo Deliberante. A pesar de las notas presentadas en varias dependencias municipales y provinciales, la ayuda aún no llega.
Sin dejar de lado las carencias, el comedor alberga en un 80% a personas que padecen diabetes y un 20% a quienes sufren de sobrepeso y dislipemia (exceso de colesterol en la sangre).
Un beneficio compartido
Con la intención de replicar la iniciativa en toda la ciudad, los integrantes del comedor para diabéticos continúan con una labor social muy importante y sin perder las esperanzas. "El beneficio que estamos brindando no solo es a la comunidad sino también al Estado que se ahorra mucho dinero con las personas que aquí mantenemos compensadas mediante una alimentación adecuada. El ahorro se hace evidente por cada uno de los pacientes que no ingresan al hospital como consecuencias de la enfermedad", dijo a El Tribuno Silvia Cabezas, nutricionista que colabora en el lugar .
"Lamentablemente, la comida no puede darse gratis porque no recibimos la ayuda de nadie", lamentó la profesional.
La importancia de la contención
El paciente diabético necesita apoyo y contención de los parientes, y en varios casos eso no ocurre.
"Muchas veces la familia no se lo proporciona y menos aún en la elaboración de la comida. Es fundamental que se sientan contenidos para llevar adelante el plan alimentario", dijo Manuel López, otro integrante de la comisión directiva.
Las costumbres arraigadas en la preparación de los alimentos es otro de los aspectos que hacen a la falta de contención. Alimentación rica en fibra, hipocalórica, hiposódica e hipograsa, conceptos que para las personas con diabetes representan su diario vivir pero que para su entorno muchas veces son absolutamente desconocidos.