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El 1 de enero de 2015, al menos unas 24 mil personas ingresaron a los ríos Vaqueros y Wierna. El Tribuno recorrió la zona, en varias oportunidades y observó la precariedad que existe en el espacio donde los salteños pasan las tardes de verano.
Los yuyos están altos a ambos lados del río Vaqueros y no hay vías de acceso delimitadas para la cantidad de personas que elige, cada vez más, ir caminando y no en auto. Solo hay huellas marcadas en la tierra por el mismo paso de los que circulan por la zona.
Los tachos de basura casi no existen, ni del lado de la costa de Capital ni en la de Vaqueros. En la primera no hay ni uno solo, mientras que al frente solo hay dos. El Tribuno los fotografió repletos de basura. En el río Wierna pasa lo mismo.
Los baños son otra carencia. No hay ni uno solo, ni siquiera químico. Algunos vecinos contaron que los fines de semana se ven "muchos grupitos tomando". "Luego se arman las peleas y las correteadas", dijo Marta, quien mencionó que en el verano la gente elige el río a pesar de todo.
Luis, del camping municipal de Vaqueros, contó cómo abordaron el problema de la limpieza en el predio. "La gente termina de usar las instalaciones y tira la basura ahí nomás".
En un principio Luis colocaba bolsas de consorcio en los tachos que tiene en el camping, pero al vaciarlos era peor porque "la gente tira todo sin embolsar y era muy antihigiénico".
En algún momento entregaban bolsas de residuos en cada una de las mesas. El problema era que, de 30 bolsas entregadas, luego retiraban solo cinco. A las demás, se las llevaban a la casa.
"Ahora optamos por contratar a dos personas en el turno mañana y a la tardecita para limpiar todo. No importa cómo dejen el lugar, el personal limpia de una sola vez y lo hacemos nosotros", contó Luis.
Los escombros y la basura que algunos tiran, también son un problema. En el Vaqueros hay montículos, a metros del curso del río.
Una vecina criticó: "No puede ser que la gente busque un espacio verde para pasar el fin de semana y tenga que estar rodeada de basura. Creo que hay que dar más comodidad a las personas, algo más digno".
Los yuyos están altos a ambos lados del río Vaqueros y no hay vías de acceso delimitadas para la cantidad de personas que elige, cada vez más, ir caminando y no en auto. Solo hay huellas marcadas en la tierra por el mismo paso de los que circulan por la zona.
Los tachos de basura casi no existen, ni del lado de la costa de Capital ni en la de Vaqueros. En la primera no hay ni uno solo, mientras que al frente solo hay dos. El Tribuno los fotografió repletos de basura. En el río Wierna pasa lo mismo.
Los baños son otra carencia. No hay ni uno solo, ni siquiera químico. Algunos vecinos contaron que los fines de semana se ven "muchos grupitos tomando". "Luego se arman las peleas y las correteadas", dijo Marta, quien mencionó que en el verano la gente elige el río a pesar de todo.
Luis, del camping municipal de Vaqueros, contó cómo abordaron el problema de la limpieza en el predio. "La gente termina de usar las instalaciones y tira la basura ahí nomás".
En un principio Luis colocaba bolsas de consorcio en los tachos que tiene en el camping, pero al vaciarlos era peor porque "la gente tira todo sin embolsar y era muy antihigiénico".
En algún momento entregaban bolsas de residuos en cada una de las mesas. El problema era que, de 30 bolsas entregadas, luego retiraban solo cinco. A las demás, se las llevaban a la casa.
"Ahora optamos por contratar a dos personas en el turno mañana y a la tardecita para limpiar todo. No importa cómo dejen el lugar, el personal limpia de una sola vez y lo hacemos nosotros", contó Luis.
Los escombros y la basura que algunos tiran, también son un problema. En el Vaqueros hay montículos, a metros del curso del río.
Una vecina criticó: "No puede ser que la gente busque un espacio verde para pasar el fin de semana y tenga que estar rodeada de basura. Creo que hay que dar más comodidad a las personas, algo más digno".
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