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Los libros fueron liberados en los espacios públicos atados a un globo para llamar la atención de los transeúntes.
Se busca generar entre los lectores una suerte de gran biblioteca circulante sin sede y que cada uno que encuentre un libro lo lea y luego vuelva a soltarlo.
La actividad se lleva a cabo en cada cambio de estación para que los lectores se multipliquen.
"Los libros deben viajar siempre", dicen los organizadores de esta original y curiosa propuesta.
Los lectores anotan la fecha de su lectura y su correo electrónico para propiciar una red de lectores. En la oportunidad, además, se lanzó una consigna para estimular la solidaridad y la participación comunitaria: "Liberá un libro y llevate otro", que responde al espíritu de la propuesta.
Esta iniciativa, denominada en inglés book crossing (cruzamiento de libros), pretende convertir el mundo en una gran biblioteca. La idea nació en Estados Unidos en 2001, con la misma característica y tomando el ejemplo de algunas páginas web que seguían los pasos de billetes o de dibujos.
Esta fue la matriz para que se lanzara www.bookcros sing.com el 21 de abril de 2001, sitio que se convirtió en una forma divertida y gratuita de compartir libros e interconectar a la gente de todo el mundo.
En 2004 el movimiento se asentó en España y luego desembarcó en Latinoamérica como una actividad incipiente.
Este procedimiento de rastreo virtual es, sin embargo, optativo. La liberación de libros puede ocurrir también de manera más espontánea. Es la metodología que se sigue todavía en varios países latinoamericanos: simplemente liberar, dejar partir y sentir el regocijo del gesto compartido.