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30 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
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¿Existe la capacidad de adivinar el futuro o son solo charlatanes de feria? | Astrología

Sabado, 30 de mayo de 2015 00:00
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Desde la antigüedad ha habido gente que afirma adivinar el futuro pero aunque haya casos sorprendentes nuestro intelecto se niega a creerlo.
Existen muchas técnicas para adivinar el futuro, desde las más primitivas, como la costumbre de algunas sociedades antiguas de sacrificar un animal para conjeturar leyendo las vísceras, hasta las más sofisticadas, usando todo un estudio matemático y astronómico para crear la astrología.
Así que, en resumidas cuentas, son una técnica, creencia o superstición (según el juicio de cada cual) muy antiguas y existen tantas como culturas.
Inclusive más, ya que si bien en muchas culturas existen formas comunes, cada una tiene una o dos formas diferentes de vaticinar el futuro.
Pero, sin duda, las más populares son las cartas del tarot, astrología, quiromancia (leer las manos), numerología y, últimamente también ha renacido el interés por las runas y el I-ching. Las runas son una forma de adivinar el futuro de origen celta, y el I ching es china. Ambas utilizan la interpretación de símbolos para adivinar el futuro y hacer pronósticos.
Si es posible adivinar el futuro o no, es una cuestión que se ha planteado desde muy antiguo. El estudio oficial más remoto que se ha documentado sobre si es posible adivinar el futuro cuenta con mas de 5.000 años de antigüedad. Ya a través del historiador Herodoto (484-420 a. C) en su obra "Historia de las Guerras Persas" se habla de adivinación.
Este estudio es solicitado por el Rey Creso, de Lidia, que mandó a varios emisarios a hacer una pregunta que serviría para decidir si los oráculos griegos y egipcios eran capaces de adivinar el futuro.
Como conclusión, de entre siete oráculos (seis griegos y uno egipcio), solo uno supero la prueba, el oráculo de Delfos.
Evidentemente a este estudio le faltaba haber hecho varios intentos y haber aplicado otros parámetros de medición de resultados. Pero incluso hoy, con los sistemas de estadística y de estudios sociológicos, resulta imposible extraer una conclusión real de si es posible adivinar el futuro.
Se puede hacer sobre la capacidad adivinatoria de individuos concretos, pero no sobre el hecho de si es posible o no adivinar el futuro. Por lo que hay respuestas basadas en experiencias subjetivas inexplicables y que superan la casualidad, así como hay un alto índice de errores en predicciones que se hacen para cuando empieza un año nuevo.
El hecho de si es posible adivinar el futuro o no, entra en el campo de las creencias personales como creer en Dios o no. Habrá quien encuentre confirmación de que Dios existe o que no, pero, de momento, la ciencia no ha podido demostrar ni lo uno ni lo otro.
A priori la ciencia es empírica y no acepta lo que las leyes que la rigen no pueden demostrar, hasta que se descubre una nueva que explique esto o aquello (sea si la adivinación del futuro es posible o si Dios existe). Pero, en todo caso, las creencias, siempre que no sean en perjuicio de nadie, deben ser totalmente dignas de respeto.
Por otro lado, aceptando que adivinar el futuro sea posible, el hecho de que sea controlable o no es una cuestión muy interesante. Quizás los adivinos entran en un estado de gracia que les hace conectar con ese futuro, sea a través del tarot, visiones, sueños premonitorios o su sistema habitual de funcionamiento. Pero quizás a ese estado de gracia no se llega como el que aprieta un interruptor, por lo que también hay que poner en duda a esos adivinos.

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