Laberintos humanos. ¿Cómo seguir?
Caído en el barranco el celular con que Carla Cruz se comunicaba con el Abuelo Virtual para recibir sus consejos, decidió enfrentar a los Varela que perseguían a la población que huía. Combatió con ellos derribando a muchos, matando e hiriendo, hasta que uno de los heridos se sacó el pasamontaña que le cubría el rostro.
Descubrió que era Pedro, el hermano mayor de su amado Pablo, pero ya había lanzado la lanza contra la frente de otro, donde la clavó para que su cuerpo quedara apoyado la tacuara de pvc que le atravesaba el cráneo. Y en la cara de ese cadáver desfigurado, reconoció a Esteban Franco cuando otro Varela se le lanzaba encima.
Haber descubierto que había matado a dos de sus amigos la dejó desarmada. Ya no podía ni quería combatir, abatida por la confusión de verlos en el bando de la montonera motoquera. Esperaba la muerte cuando sintió que la mano del bárbaro se le aferraba a la muñeca. Se dejó arrastrar pensando que la ramearía hasta perder el sentido, cuando se supo a la grupa de su motocicleta.
Sintió el viento de la velocidad en el rostro y que el resto de los Varela corrían con ellos por la playa del río. Comprendió que estaba a las espaldas de su amado Pablo y se le aferró. Sólo atinó a acercarle sus labios al oído para pedirle perdón, y al decirlo comprendió que Pablo lloraba por las muertes de su hermano y de su amigo.
La turba montonera se perdió en el cerro, sin perseguir ya a la población fugitiva, pero nada iba a ser lo mismo. ¿Cómo era posible el amor tras un reencuentro tan sangriento?