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Laberintos humanos. Triste encuentro | Laberintos Humanos

Domingo, 07 de junio de 2015 19:17
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Laberintos humanos. Triste encuentro

Deben pelear como el cocinero prepara las comidas y el tejedor urde la trama, ese es el modo, le dijo Juan a Pedro cuando quiso dejar el combate, y entonces Pedro alzó su lanza hacia la fila de las motocicletas de los Varela que aceleraban con furia. Pablo y Esteban Franco se pusieron a su lado pensando en que perecerían en el intento.

La turba enemiga avanzó sobre los tres paladines, y cuando sus tacuaras de pvc se les venían encima, cuando sus alaridos de júbilo pedían su sangre, comenzaron a correr por la playa del río. Y ya no fuimos dos bandos por toparse sino una misma masa humana atravesando la libertad que parecía risa.

No había combate sino carrera. Los cabellos eran bendecidos por la caricia del viento, una alegría inimaginable nos tranquilizó hasta volvernos aire, y cuando nos miramos entre nosotros, cuando yo miré a mi hermano y Pedro y Esteban Franco buscaron mis ojos, nos vimos montados en motocicletas como otros más de los Varela.

No puedo explicarte mucho más de lo que sucedió, le dijo Pablo a Carla Cruz, sino describirte lo que estaba sucediendo. Yo supe entonces que te reencontraría, que te volvería a ver en alguna parte, pero jamás creí que ese encuentro iba a significar la muerte de Pedro y de Esteban Franco. Yo pensaba que volverte a ver iba a ser motivo de alegría, no de esta congoja insuperable que me atormenta.

Carla Cruz bajó los ojos porque no podía seguirlo mirando, y había perdido el teléfono celular con que pedirle consejos al Abuelo Virtual para comprender lo que le sucedía.

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