No creo que haya un danzarín de los bailes públicos más popular que el Pato Baliao. Pasan las décadas y su nombre sigue sonando entre los veteranos que algunas vez lo vieron en una bailanta, en el corso o concurso de baile.
No tiene mucho, como él dice: "Arranqué con una casita de lona y ahora estoy en una vivienda precaria que va mejorando". Pero su gran capital sigue siendo el buen humor, salud y la danza.
"Me llamo Jorge Eduardo Russo, 69 años, nacido el 15 de enero, clase 46", nos dice en su presentación y agrega: "Soy hijo de don José Russo y Oliva María Cablo. Mi madre fue bailarina de danza clásica, condición que heredé. Mi papá organizaba bailes en el parque San Martín, cerca del Hogar Escuela".
A los 14 años le gustaba ir a travesear y "joder" a los patos del parque San Martín y detalla: "Un día una chica que me vio en el parque rengueando dijo: 'Mirá, ahí está pato baliao', y el apodo me quedó para siempre".
La mente del Pato nada de un lado para otro. Se acuerda de sus etapas de DJ (disyei) cuando en 1960 ponía el sonido en la confitería Los Lapachos, en el parque San Martín o en la Confitería El Lago.
Actor múltiple
El Pato cuenta que con el Mago Rigó, fallecido, frente donde hoy es el anfiteatro, salía de Gitano y organizaba concursos de baile para chicos. Se lo conocía como el Gitano Bailarín o Pato Baliao. No hubo baile donde no haya entrado y ganado concursos de cumbia, tango, rock, pasodobles, chamamé, o sea de tuti.
También salió en los corsos, una vez de payaso, otra de Tulipán Negro o Gitano Bailarín.
Concursos de baile
Relata con alegría: "Participé en el concurso de baile que organizaba El Tribuno en la playa de El Chango. Era rock tuti, rock americano de Elvys Presley. Me consagraron el rey del rock. El señor Ashur me entregó una copa en el Ateneo El Tribuno que todavía la tengo de recuerdo en casa".
Actualmente es jubilado, aumenta con la profesión de playero, cuida autos y motos en la cancha de Mitre y cuando no hay actividad se va al centro. Tiene carnet autorizado por la policía, razón por la cual agradece al jefe de Policía y también a toda la seccional cuarta.
Agrega: "No soy trucho. Todavía me contratan y hago gira con Alegría bailantera, con el bailarín travieso y sus amigos. Ahora también salgo en TV".
Fuera de serie
Entre los apodos o cargadas le decían "engaña baldosa". El contrarrestaba diciendo en doble sentido: "Piso una y engaño a la otra".
Tuvo ocho mujeres. Y la última fue la que le dio ocho hijos, 6 varones y dos nenas. Suma cinco nietos.
Le pedimos una anécdota, se ríe y nos cuenta una de película. "La más insólita de la detenciones fue cuando me llevaron a la comisaría. Habían como treinta rengos detenidos. El comisario los retó a los canas y les dijo 'este es el Pato Baliao'. Lo que había sucedido fue que un rengo le había pegado a una chica en la plaza Alvarado y la cana salió a agarrar a todos los que eran del gremio". Jajajá, nos reímos.
"Después dejé de hacerme el pícaro porque la cana de antes te cagaba a pedo".
Es primo de Pepe Muratore, presidente de Juventud, y de los Russo del centro, a quienes les manda saludos.
Dice que nació en Cerrillos, creció en su barrio de la calle Lavalle, se mudó a Las Bumbunas, volvió a la Lavalle y se quedó en el barrio El Milagro, cerca de villa Mitre, donde tiene grandes amigos, como los de la policía cuarta, a los que también les manda un abrazo.