La semana pasada, unos 170 países del mundo celebraron el lazo único e incomparable de dar la teta.
Desde la Organización Mundial de la Salud, se la denomina la Semana Mundial de la Lactancia y el objetivo es fomentar su práctica destacando los beneficios que produce en los bebés.
Pero quienes dieron la teta o están en camino a hacerlo, esperando la llegada de sus hijos, reconocer que esta práctica va mucho más allá. La unión que se produce entre madre e hijo es única. Durante el momento de la lactancia, el pequeño vuelve a sentir los latidos del corazón de su madre. Los mismo latidos que le dieron seguridad y protección durante los 9 meses de gestación. Pero, además madre e hijo tomar el momento para tomarse las manos, jugar entrelazando los dedos, mirarse y descubrirse en las pupilas del otro. El calor, las emociones que se comparte hacen que la madre sienta la seguridad de estar haciendo las cosas bien y del otro lado, desde el regazo, el bebé siente que está seguro y querido.
Además de todo un crecimiento emocional, la leche materna proporciona desde el primer momento salud y bienestar.
La lactancia materna es el mejor modo de proporcionar al recién nacido los nutrientes que necesita. La OMS la recomienda como modo exclusivo de alimentación hasta los seis meses de edad y de ser posible, continuar junto con los otros alimentos hasta los dos años.
Se considera que la leche materna es el mejor alimento para el recién nacido, ya que permite su crecimiento armonioso en los primeros meses de vida y lo protege de futuros trastornos metabólicos. Además, contiene numerosos compuestos con propiedades capaces de eliminar agentes patógenos y, por ende, de prevenir enfermedades; regular el sobre crecimiento de población bacteriana intestinal. Muchos de estos compuestos de la leche materna también estimulan la maduración del sistema inmune del lactante.
En diálogo con El Tribuno, Liliana Grimberg, licenciada en nutrición del Centro Ravenna, explicó que algunos de los factores protectores se encuentran en mayores concentraciones en el calostro y la leche de transición que en la leche madura, lo que representa una ventaja debido a que los recién nacidos son más frágiles durante el periodo post parto.
"Los requerimientos del recién nacido durante los primeros meses de vida son más importantes y específicos que en cualquier otra etapa de la vida. El rápido crecimiento de los lactantes que doblan su peso en tan solo 4 a 5 meses después del nacimiento, está también relacionado con la gran cantidad de nutrientes aportados por la leche materna, la cual constituye el mejor alimento durante este periodo", destacó la nutricionista.
La leche materna tiene una composición nutricional única. Es que además de nutrir el cuerpo, nutre el alma.
"Es clave incrementar la intervención educativa sobre la lactancia materna en todos los niveles, centros de atención de todo el país de modo que las madres se concienticen sobre el rol fundamental que la lactancia cumple", agregó.
Otro factor esencial en este momento de la vida, es la alimentación de la mamá, la cual tiene que ser equilibrada, por lo que se recomienda:
- Realizar 4 a 5 comidas diarias.
- Beber diariamente 3 litros de líquido. Por ejemplo: agua, agua saborizadas, caldos de verduras, infusiones y licuados.
- Cocinar en forma sencilla como puede ser al vapor, cacerola o al horno para evitar la pérdida de nutrientes.
- Evitar los fritos.
- Utilizar condimentos suaves.
- Controlar la ingesta de alimentos ricos en grasas y azúcares, productos de panadería, copetín, fiambres, embutidos, manteca y crema.
- Consumir productos lácteos descremados, leche, yogurt y quesos como fuente de calcio y proteínas de buena calidad.
- Consumir carnes magras y huevo como fuentes de hierro y proteínas.