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La venta ilegal, fenómeno que no para de crecer

Viernes, 28 de agosto de 2015 00:30
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No hace falta irse muy lejos para comprobarlo: la venta ilegal callejera avanza a pasos agigantados, tanto a nivel físico sobre el espacio público, como a nivel económico sobre otros proveedores del sector que se ven apabullados por la gran oferta de productos que se puede ver casi en cada calle céntrica de nuestro país.
La Ciudad de Buenos Aires es uno de los enclaves principales para el negocio, que ya no distingue entre el día y la noche, y los comerciantes reclaman que se declare el estado de emergencia del espacio público.
En el barrio porteño de Once, cada vez son más los puestos instalados sobre la avenida Pueyrredón, donde ya casi no queda espacio para caminar. Pero además, quienes atienden al público lo hacen también por las noches. Y pasan más de 36 horas trabajando por $330; o 12 horas, como en otro caso, por $200.
Estos trabajadores informales son en su mayoría extranjeros y se deben a un jefe a quien deben rendirle el dinero recaudado. No quieren revelar sus identidades por miedo a represalias. Todo funciona como una verdadera mafia. Incluso afirman que en algunos puestos se venden drogas. Todo ello a los ojos de un Estado ausente y una policía permisiva. Algunos puesteros afirman que cuando la Metropolitana se acerca, alguien emite un alerta.
"Estoy acá de paso; soy chofer. En cuanto pueda sacar de nuevo mi registro dejo esto, porque es insalubre y no me gusta el ambiente", afirmó un puestero que asegura que por un turno nocturno recauda entre 500 y 600 pesos.
Una red secreta
Los que manejan el negocio son, como es habitual, unos pocos.
Nadie conoce la verdadera identidad de los dueños aunque sí sus apodos. El "Chato", la "China", la "Jackie" o "Karina" son algunos. El valor de los puestos, que no son más que unos tablones donde apoyar mercadería instalados sobre el espacio público porteño, pueden costar hasta 50 mil pesos. "Éste de al lado se vendió por $ 30.000", señaló una empleada.
Como se sabe, la Capital Federal es el distrito del país más afectado por la informalidad: entre saladitas y manteros hay 12.268 puestos ilegales, y San Telmo es uno de los barrios más afectados por esta situación.
En este contexto, la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (Fecoba) reclamó que se declare el estado de emergencia del espacio público en todo el territorio porteño.
Asimismo, desde Fecoba instaron a la creación de una comisión especial integrada por los Ministerios del Interior y Trabajo de la Nación, el Gobierno de la Ciudad, la AFIP, Aduana, la Policía Federal y la Metropolitana para que actúen en conjunto y logren erradicar a los vendedores ilegales.
Se estima que la venta entre manteros y saladitas moviliza más de $43.600 millones por año en el país. El comercio clandestino involucra a "mafias que desarrollan un sistema de trabajo esclavo, trata de personas en talleres clandestinos y fraude marcario, entre otras actividades delictivas", advirtió el especialista en consumo minorista Damián Di Pace sobre un tema que parece no tener freno.
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