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Ayer, mientras algunos jugaban en fondo de la vivienda, un grupo de mujeres miembros de la Asociación de Mesas Panamericanas y El Tribuno llegaron a su puerta.
Los pequeños habitantes ocasionales de este hogar no pueden ser visitados, ya que todos están judicializados. Solo tienen contacto con su padres y las autoridades que están a cargo de su cuidado. Así que la encargada de recibir a las visitas fue su directora, Ofelia Humacata.
"Los chicos llegan al hogar por distintos problemas, pero la principal causa de su presencia acá es la adicción de los padres", contó Ofelia.
Ayer las miembros de la Mesa Panamericana de la Ciudad de Buenos Aires conocieron el hall de la institución a donde llegaron con una serie de valijas cargadas de mantas, baberos, camperitas, cuadros y muñecos. Todo fabricado por sus propias manos. "Esta producción se puso en marcha en abril cuando María Cobos, miembro de la Mesa, se mudó a Salta y la vida la llevó a contactase con Sandra Cabero, vicepresidenta de la Cooperadora del Hogar Casa Cuna", contó Teresa Caleri, recién llegada de Buenos Aires.
El hogar cuenta con una planta de personal mutidisciplinario, integrado por 57 personas. "Eso cubre todo el horario porque los chicos viven acá. Casa Cuna depende el Ministerio de Derechos Humanos y la Secretaría de Igualdad de Oportunidades. Ellos son los encargados de entregar en forma mensual los víveres, pañales y el dinero para la compra de la ropa que se necesita", contó Ofelia Humacata.
Con la colaboración de la Cooperadora los chicos logran pasar este tiempo, alejado de sus hogares, lo mejor posible. Gracias al apoyo de sus socios, la Cooperadora logró construir una casa de recreación en la zona de La Almudena. Allí pasan los feriados y los fines de semana y hasta los cumpleaños.
Ahora, gracias a estas donaciones y al aporte de la Cooperadora, los chicos podrán llevarse en sus bolsos un regalito de la Casa Cuna.