inicia sesión o regístrate.
Los vecinos de barrio Floresta viven dos realidades con apenas 20 metros de distancia. De un lado de la avenida, unas cinco cuadras completas padecen la falta del suministro de agua corriente desde fines de julio, mientras que en la vereda de enfrente la vida sigue con normalidad. Mientras algunos no cuentan con agua ni para lavarse las manos, otros riegan los jardines y lavan el auto sin problemas.
Silvia Aramayo es vecina de la zona y tiene tres niños de 13, 11 y 5 años. El mayor problema lo tiene a la hora de cocinar y para el uso del baño. Para poder contar con agua potable, Silvia se levanta a las 4 de la mañana y acumula agua en todos los recipientes disponibles en la vivienda. Como tiene un lavarropas a paleta no le alcanza el tiempo para poner varios lavados, así que lava a mano lo que puede. Lo demás es una desgracia. Los chicos tienen la suerte de tener una tía que vive en la vereda de enfrente, y es allí adonde van al baño a hacer sus necesidades y a tomar una ducha.
"Yo tengo 38 años, puedo levantame a juntar el agua y hacer lo que se puede a mil por hora, pero tengo una vecina que ya es anciana y no tiene quien la ayude, así que vive como puede", relató Silvia a El Tribuno.
Hace varias semanas los vecinos presentaron una nota manuscrita, con la firma de todos los afectados, a la empresa encargada del servicio de agua potable. Hasta el momento no tienen ninguna solución. "Nos dicen que tengamos paciencia, que es una cuestión de presión y que dentro de poco se va a resolver. Pero ya pasaron 60 días y todo sigue igual. Se vienen días de calor y no se cómo vamos a hacer con la cocina, y el baño", relató preocupada esta vecina de barrio Floresta. A los alrededores de la avenida Delgadillo, la vida sigue su curso. Los vecinos no tienen problemas con el suministro. Incluso Villa Mitre, una zona con históricos problemas de agua, cuenta ahora con un servicio normal. Silvia destacó que desde hace meses existe una pérdida de agua en las esquinas de una embotelladora de sodas de la zona. Sin embargo desde la gerenciadora del servicio de agua potable le respondieron que eso nada tiene que ver con los problemas que padecen en la avenida Delgadillo.
La semana pasada, Silvia tuvo a su pequeño de 5 años con una diarrea aguda. Desde el centro de salud le dijeron que la situación del pequeño se pudo deber a que comió algo con las manos sucias. "Y cómo no va a ser así", destacó con enojo esta vecina desamparada.