El salteño Brian Dudzinskas (26) y su novia porteña Tatiana Meloni (26) están dando una vuelta al mundo. Partieron hace dos meses y cuando diseñaron su itinerario inicial tenían definido permanecer tres meses en Europa, tres en Asia y de allí rumbear hacia Estados Unidos para instalarse un tiempo y perfeccionar su inglés. Ambos son egresados de la UBA -él es arquitecto y ella contadora pública nacional- y viven en Buenos Aires. Están de novios hace nueve años y los une la avidez expedicionaria. Pero en los tiempos que corren y en un viaje de estos, aunque no haya perdido un ápice de romántica y maravillosa aventura, se inmiscuye la tecnología. De hecho sabiendo que la hotelería -incluso la más modesta- encarecería su viaje estos jóvenes usaron una aplicación llamada Air bnb para hospedarse en casas de familia durante su estancia en Madrid. Además en los seis meses de ahorro previos a la partida fueron pagando el Global Pass, un pase de tren que les durará tres meses consecutivos y que les sirve para transportarse por 28 países europeos. Todas sus impresiones las registran en las cuentas de Instagram @bririver @tatiamee y @vueltaworld.
Brian y Tatiana están pasando por muchos estímulos y momentos que revisitarán una y otra vez. Con
El Tribuno él compartió momentos de su
Lejos del pago en tránsito.
El desierto
El periplo se inició en Madrid. De allí pasaron a Marruecos, donde durmieron dos noches en pleno desierto de Merzouga, un pequeño pueblo ubicado en el sudeste de Marruecos y elegido como destino turístico de excelencia por sus increíbles dunas. Durante el camino y desde una camioneta los chicos vieron el afamado Ouarzazate, la llamada Puerta del Desierto en cuyos escenarios naturales se filmaron escenas de "Indiana Jones", "La Momia" y "Gladiador". Al día siguiente pasearon en camello dos horas para llegar hasta las carpas donde pernoctaron no sin antes haber disfrutado de las canciones típicas que tres chicos de la cultura bereber tocaron para los turistas con instrumentos de percusión. Finalmente se quedaron en Medina de Marrakech. "La Medina es increíble porque su población sigue viviendo como hace 800 años atrás y aún se conservan las murallas que rodeaban la medina del siglo XII", cuenta Brian. Allí probaron diversas delicias culinarias. "Comimos pinches árabes, similares a una brocheta y hechos con distintos tipos de carne. También cuscus, que se prepara con pollo y verduras y al que sirven en un recipiente con forma cónica, pero las mejores son las masas árabes, dulces y bañadas en miel", comentó.
Ellos recomiendan la experiencia de hospedarse en un riad típico y perderse por los callejones, aunque no de noche. "Yo pasé por una situación un poco peligrosa. Salí de noche a comprar algo y me acompañó un chico del riad. En un momento se nos acercó un hombre que vestía una túnica típica marroquí y empezó a acorralar al chico contra la pared. Intenté intervenir y se la empezó a agarrar conmigo, empujándome. Seguimos caminando y dejó de seguirnos cuando llegamos a la puerta del riad. El chico me contó que este tipo de personajes que aparecen de noche no tienen problema en apuñalarte, son peligrosos y tienen problemas con la droga", relató Brian.
Luego de Marruecos volvieron a Madrid, donde recorrieron los museos como el Reina Sofía y el del Prado, el parque del Retiro y los jardines de Sabatini, al lado del Palacio Real.
Allí se tentaron con jamones ibéricos, paellas y tapas.
De miedo
En este momento Brian y Tatiana están en Edimburgo, capital de Escocia, disfrutando de recorridos esotéricos. "Aquí hay muchas historias sobre fantasmas y actividad paranormal. Es una ciudad medieval de solo un kilómetro y medio de ancho, pero en su momento llegaron a vivir 80 mil personas dentro de sus murallas", relató Brian. Ya conocieron el North Bridge llevado a proporciones de leyenda por ser el puente de los suicidas. También el South Bridge que en su interior alberga criptas. Un cartel puesto en la entrada del cementerio Greyfriars advierte que deslindan responsabilidades si algún visitante sufre consecuencias funestas debido a la exposición a la supuesta carga paranormal que contiene ese camposanto. Allí descansan personalidades como el abogado George Mackenzie conocido como "Bloody" (el sangriento), enterrado allí en 1691, y cuyo fantasma, refiere el vulgo, causa moretones y cortes a los visitantes. No fue el caso de los chicos, aunque Brian admitió que el lugar es "tétrico".
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Un beso con la ciudad de Mónaco (Francia) como escenario.
También fueron al Canton Hill, la colina sobre la que mujeres acusadas de brujería eran quemadas vivas. "Por ser pelirrojas o tener un lunar las ataban a una piedra con forma de rueda y las tiraban rodando al río. Si se hundían decían que no se había tratado de una bruja, pero que era tarde para lamentarse. Y si flotaban, lo que ocurría porque las polleras que usaban formaban bolsas de aire, las quemaban en la colina", contó Brian.
Estas y otras experiencias están registrando con sus cámaras para así cada jornada, en la tranquilidad de la noche, elegir cada uno su imagen favorita del día y compartirla con los navegantes de Instagram.
Cuando me acuerdo de Salta...
Brian admitió que a Salta la extraña mucho. Dijo que siente nostalgia por la comida, la familia y sus perros. Él es de Orán y aquí aún viven su mamá y una hermana. "El paisaje y la tranquilidad que encuentro en Salta cada vez que voy para allá la disfruto al máximo, aunque siento que no necesito salir mucho de mi casa para disfrutar de Salta", comentó. En este momento Tatiana es su familia más cercana y con ella viajan juntos desde que ambos tenían 17 años. Brian se contactará en Irlanda, cuando esté allá, con Enzo Gianotti, otro oranense Lejos del pago cuya historia compartió El Tribuno el 19 de junio.