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Fin de año, época de balance y de proyecciones, desde la economía nos preguntamos si estaremos mejor, peor, o será más de lo mismo. En definitiva, pronosticar qué pasará el próximo año es una tarea que para entender tendremos que analizar algunas variables para así poder opinar. Si lográramos una transparencia en los objetivos y un consenso político serio -ningún consenso real puede no ser serio- comenzaríamos a pisar sobre tierra firme.
Es importante conocer, además de los números que podremos analizar con la presentación de los presupuestos -tanto nacional como provincial-, los fundamentos para sostener el crecimiento económico del país, y si el mismo es consecuencia de un proceso genuino, autónomo y sustentable para que sean capaces de generar riquezas y garantizar la distribución con equidad y justicia entre todos los que habitamos este maravi lloso suelo.
Con respecto al presupuesto que presenten los ejecutivos, los legisladores debemos dar un debate analizando profundamente sus proyecciones ya que es la herramienta útil y necesaria para decidir los criterios y la orientación del gasto público, es decir un plan de gobierno que debe ser aprobado y que marcará el destino de los mismos.
Por versiones periodísticas es decir no oficiales, y analizando en Salta precisamente las modificaciones realizadas en el impuesto a las actividades económicas, todo indicaría que el Gobierno sigue sin darle al mercado interno, especialmente a las economías regionales y pymes la trascendencia que tienen, es decir, generadoras de empleo genuino y grandes distribuidores del ingreso.
El crecimiento de las inversiones no ha sido tal como se esperaba, para suplir esta necesidad los gobiernos han apostado como movilizadora artificial de la actividad doméstica a la obra pública que sirve, además, para cubrir la necesidad de mejorar la infraestructura en todo el país y Salta en particular.
Desafíos para 2018
Para que se mantenga el esquema de crecimiento buscado que permitirá a la economía llegar a un camino sustentable de crecimiento se deben analizar las distintas variables que serán determinantes durante este año para llegar a ese estado
Los tópicos que hay que seguir de cerca:
a) Déficit fiscal: es necesario que disminuya, la necesidad de financiamiento para el próximo año es de aproximadamente US$ 35.000 millones de los cuales US$ 20.000 son para cubrir el déficit fiscal, US$ 10.000 para el pago de intereses y los restantes US$ 5.000 para cubrir las renovaciones de deuda que aumentan cada día más, En Salta desconocemos aún cuál es la necesidad de financiamiento para el próximo año
b) Inflación: es la gran limitante para que el país programe su crecimiento y bajen las tasas de interés. Las variables que determinarán el crecimiento o no serán los incrementos de las tarifas públicas, los servicios y las paritarias.
c) Economía real: si bien en estos últimos meses se observó un crecimiento en determinados sectores, será muy difícil mantener los mismos indicadores, ya que con las altas tasas de interés para retener la cantidad de dinero que hay en el mercado, y que lleva por un atajo a la especulación financiera y no a las inversiones productivas, le ponen un techo al crecimiento con el agravante que la paridad cambiaria (cotización del dólar) no acompañará al aumento de precios, consecuencia pérdida de competitividad de nuestros productos en otros países y aumento de las importaciones que compiten con nuestra producción.
d) Comercio exterior: el retraso cambiario será la constante, las expectativas están puestas en la demanda de productos oleaginosos de china y la recuperación de Brasil que generara crecimiento de sectores claves de nuestra economía y aumente el ingreso de divisas a nuestro país.
En Salta
El reciente aumento de la tasa del impuesto a las actividades económicas en muchos rubros sensibles provocará aumentos significativos especialmente en la canasta familiar: esto va a multiplicar la economía informal, generará recesión y, probablemente, despidos que soportarán los trabajadores, a contramano del criterio tributario que reza: "a mayor tasa de impuestos, mayor evasión y a menor tasa, menor evasión y mayor recaudación", especialmente en una economía cercana al 40% de informalidad. Seguramente los aumentos de sueldos de los trabajadores formales acompañarán a la inflación, pero nada garantiza, analizando el contexto real, que se alcanzará el objetivo enunciado de incrementar el consumo interno. El Gobierno nacional propone alentar la inversión e incorporar la mayor cantidad de trabajadores a la formalidad. Las dudas, en lo inmediato y para Salta son enormes.
La homegeneización tributaria a nivel nacional, que se propone para disminuir la presión tributaria, para Salta se convirtió en un impuestazo, liso y llano. Hay mucho por hacer, y lo que se está haciendo, por ahora, tiene demasiados ba ches.
Más allá de una experiencia provincial que muestra las dificultades de lograr el desarrollo industrial y tecnológico que necesitamos, en un país hipercentralizado en cada una de las actividades económicas es evidente que hacen alta condiciones para que Salta se sume a la dinámica del mundo en el siglo XXI:
Además de una transformación educativa profunda, lúcida y valiente, es necesario que podamos consensuar políticas de Estado inequívocamente orientadas al desarrollo industrial, niveles óptimos de empleo y a la potenciación de cada una de las regiones de nuestro territorio provincial. Para eso hace falta una dirigencia sin dogmatismos, con sensibilidad social y preparada para el futuro.