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Por Luis Alfonso Enrique Borelli Giampaoli
En 14 de enero de 1967, el entonces conocido dirigente radical y abogado del foro local, Carlos María “El Rengo” Sara
via, publicó en El Tribuno una solicitada. En ella denunciaba maniobras incompatibles con la función pública por parte de un sobrino del entonces ministro de Economía de la Provincia, contador Lucio Cornejo Isasmendi. Saravia, exdiputado nacional, exembajador en Venezuela y firmante de la solicitada, era apoderado de la Compañía Agrícola Ganadera Salteña S.A. (Finca Urundel), que presidía don Ángel Pis Diez.
En su denuncia, Saravia historió un trámite iniciado en diciembre de 1966, a los fines de obtener un crédito de
$10.000.000 (36 mil dólares) para pagar jornales, sueldos y otros rubros, adeudados por Urundel a su personal, que es
taba de huelga. Cuando a fines de diciembre, el trámite culminó exitosamente, Urundel notificó del arreglo al Sindicato del Azúcar y a la Dirección de Trabajo y aclaró que en dos días más abonaría la deuda.
Pero cuando el Gobierno hizo efectivo el crédito, la firma Urundel puso el grito en el cielo pues acababa de llegarle un
embargo por un juicio laboral de casi $2.000.000, más $700 mil en concepto de honorarios.
El abogado de ese juicio era nada menos que el sobrino del ministro de Economía, y además, asesor letrado del Departamento de Trabajo. Por eso, en su solicitada, Saravia dice: “El sobrino del ministro busca afanosamente los poderes de los obreros de Urundel, y promover una acción judicial por hechos y reclamos del año 1965, y se presenta muy ufanamente pretendiendo coparticipar con sus honorarios del destino del préstamo acordado por su tío el
ministro. Evidentemente -continúa Saravia- hay una acción que no se puede silenciar y cuya calificación dejo librado al criterio de los profesionales y del público que lea este comunicado que entrego a la publicidad con gran violencia, porque comprendo que inicio una etapa de esclarecimiento desde el llano y desafiando la bravura
de los que cobran fuerzas en las posiciones oficiales...”.
La repuesta del Gobierno
Por supuesto, la repuesta del ministro de Economía no se hizo esperar y al día siguiente, por medio de El Tribuno, no solo desmintió a Saravia en el sentido de que el dinero no sería para honorarios, sino que
también le hizo cargos: “Después de haberse hecho efectivo el cheque (a Urundel), el doctor Saravia se entrevistó con el ministro Cornejo Isasmendi -dice el comunicado- y pretendiendo exigir que éste influya sobre el doctor Miguel Cornejo Murúa, apoderado de los obreros de Urundel, para que retire la demanda y no perciba los honorarios que pudieran corresponderle en el juicio a que hace mención, o, en su defecto, iniciaría una campaña por los diarios...”.
Más leña
Y como decía un viejo radical, “hacerlo callar al Rengo Saravia es como silenciar un chancho a azotes”. Así, el 16 de enero se presentó en El Tribuno para avivar aún más el fuego. Desmintió al Gobierno, volvió a atacar al sobrino del ministro e involucró esta vez, al titular de la Dirección de Trabajo, Tte.
Cnel. (r) Domingo Pablo Saravia Bavio, instando a ambos “responder sin tartamudeos mentales”. Al final, remata:
“Tengo la tranquilidad de haber cumplido con mi deber impuesto por un documento que suscribí y por mi permanente
lucha a favor de los humildes, tan mal tratados siempre por
una oligarquía de dos y tres apellidos que aflora con los gobierno en todas las revoluciones”.