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Por un día, la ciudad de Santa Fe se tiñó de negro y blanco con los más de mil quinientos hinchas de Central Norte que llegaron hasta dicha provincia.
La caravana de cerca de veinte colectivos se instaló desde temprano al costado de la ruta, a pocos kilómetros de la ciudad santafesina, donde los hinchas azabaches realizaron la vigilia hasta el inicio del partido.
En las tribunas volvieron los bombos y las banderas, fue como un desahogo para ese pueblo tan sufrido y pasional que no paró de alentar durante los noventa minutos, pese a la goleada en contra.
Fue un día especial para el hincha de Central, fue volver a las rutas luego de mucho tiempo para demostrarle al país que en el interior también la pasión se vive a flor de piel.
Poco importaron los más de mil kilómetros desde Salta a Santa Fe o perder un día de trabajo por ir a ver al cuervo, el gol de Enzo Vargas en el empate parcial hizo explotar las gargantas azabaches y si bien la derrota fue dolorosa, quizá el gusto fue otro.
Sin lugar a dudas, el 11 de junio del 2017 será recordado como el día que los hinchas de Central Norte invadieron Santa Fe y la tiñeron de negro y blanco. Más allá de los incidentes contra los hinchas leprosos, más allá de la interna en la barra azabache, se entendió el mensaje y el aliento fue uno solo en el estadio de Unión.