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7 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
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Los Bulacio dejaron de vivir en carpas y sueñan con su casa

Paola, Wálter y sus nueve hijos duermen desde el pasado jueves bajo un techo que los protege en Parque Belgrano.
Domingo, 04 de junio de 2017 00:00
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Tras seis meses de vivir en carpas en el balneario capitalino Carlos Xamena, Wálter Bulacio, Andrea Paola Castro y sus nueve hijos volvieron a tener un techo que los protege. La casa que el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) les cedió en el barrio Parque Belgrano es una solución provisional, pero todos en la familia sienten que, por fin, el sueño del techo propio les sonríe.

Y tienen buenas razones para esperanzarse, porque el contrato de comodato que se firmó a instancias de la Justicia aclara que ellos dejarán la vivienda que los cobija en la zona norte de la ciudad de Salta cuando la Provincia les adjudique el techo familiar definitivo que pidieron a través de un amparo.

En respuesta a la demanda que patrocinó una asociación civil de abogados, Acción Pública Ciudadana, la jueza civil y comercial de Sexta Nominación, Mercedes Filtrín, convocó a una audiencia el martes último. En ese encuentro se definió la medida cautelar con la que los letrados Leonardo de Almeida y Ramiro Rodríguez habían solicitado que se asegure un alojamiento digno a los Bulacio, hasta que se les adjudique la vivienda social para la que se inscribieron hace 14 años, sin que el Estado provincial atienda su derecho de acceso prioritario a una vivienda digna.

Andrea Paola Castro tiene nueve hijos y está en espera del décimo con un crítico embarazo de seis meses. Los mayores son Juan, de 19, y Flavio, de 18, quien sobrelleva una larga discapacidad. Les siguen Facundo (16), Ivón (14), Wálter (11), Federico (7), Emiliano (5), Florencia (3) y Araceli (1).

El padre, Wálter Bulacio, es diabético. Trabajaba como pastelero, pero lo dejaron sin empleo hace seis meses. Desde entonces, la familia quedó sin su principal ingreso, sin la vivienda que alquilaba y en situación de calle.

Hasta el pasado jueves vivieron en dos carpas prestadas en el balneario Xamena. Los chicos pasaron frío y casi todos enfermaron. No tenían camas, ni sillas donde sentarse a la hora de comer. "Pese a todo, nos mantuvimos unidos como familia, nunca bajamos los brazos y los chicos no dejaron la escuela. Ellos están felices en la casa y nosotros agradecemos a Dios y a todas las personas de bien que nos acompañaron en los momentos más difíciles", manifestó ayer Andrea.

Wálter Bulacio, de 44 años, trabajaba como pastelero en una panadería de la zona de las terminal, donde cobraba $15.000 mensuales. En octubre de 2016 lo dejaron sin empleo. Desde entonces le costó encontrar trabajo y cada vez que consiguió, lo despidieron apenas sus empleadores se enteraron de que era diabético. Ahora realiza trabajos de jardinería.

Andrea Paola Cruz cuenta con la pensión que se entrega a las madres de siete hijos o más. Son $ 6.394 otorgados por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.

El caso, más allá de sus singularidades, insta a recuperar los valores solidarios que deberían regir en las adjudicaciones de las viviendas que el Estado construye con fondos públicos. La misma regla debería imperar, lejos de los favoritismos y del clientelismo político, en las entregas de los lotes que se canaliza a través de Tierra y Hábitat. En tal sentido, la cautelar que se hizo efectiva a favor de los Bulacio, tras la demanda de amparo, marca un valioso precedente.

 

 

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