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Por Marina Cavalletti
En las vacaciones de invierno, que iniciaron el lunes, una de las salidas casi obligadas es aquella que nos encuentra con la pantalla grande y tramas ATP que despiertan la risa y la imaginación de muchos. En el contexto ideal entonces, se estrena hoy en las principales salas del país, la realización más reciente de Ariel Winograd que cuenta en su cosecha de títulos con “Cara de queso”, “Vino para robar” o “Permitidos”, entre otros.
“Mamá se fue de viaje” es sin dudas una cinta para grandes y chicos, con escenas de riego que incluyen incendios o la peripecia de un padre que rueda dentro de una bola gigante y que seguramente despertará carcajadas entre los espectadores.
En diálogo exclusivo, Diego Peretti, protagonista del film, que cuenta con un elenco conformado por Carla Peterson, Muriel Santa Ana, Martín Piroyansky y otros, habló de su propia paternidad, los roles actuales del hombre y la mujer y sus expectativas respecto de la historia que hoy desembarca en los cines argentinos.
¿Tenés algún punto en común con tu personaje, Víctor?
No tengo muchos puntos de contacto porque él es padre de cuatro hijos y es un fanático del trabajo. En eso, no coincido en casi nada. Ahora, puedo detectar ciertas cuestiones como quizás desatenciones por estar pensando en otras cosas. Pero no específicamente de Víctor, yo no soy así.
La película tiene una cuota de humor muy importante, pero también una crítica hacia ciertos padres y ese fanatismo por el trabajo que marcabas. ¿Cómo creés que se va a recibir la historia?
Es esencialmente una comedia, una película de salida familiar, para que la familia entera se sienta identificada y la pase bien. Además, creo que está muy bien contada, sobre todo desde el punto de vista de la paternidad de una familia numerosa. Creo que la película le va a gustar a la gente y no va a encontrar un discurso disonante respecto a lo que ocurre con los padres en general. Ojalá sea muy bien recibida.
Ariel Winograd te dirigió también en “Sin hijos” ¿qué distancias hay entre aquel padre y Víctor?
Son personajes un tanto distintos. El de “Sin hijos” es un poco más sensible, más artístico que se encuentra agazapado con respecto de cualquier oportunidad afectiva, como si hubiera perdido el interés en eso. Y aparece el personaje que lo enamora y lo saca de su caparazón. En esta película no es así, es un personaje mucho más insensible, más acostumbrado al trabajo de oficina y a no prestarle atención a nada que tenga que ver con lo afectivo. Y el encuentro con los hijos le provoca un encuentro con él mismo. Pero es un tipo que no está acostumbrado a ver sus afectos por adentro.
¿Cómo sos en tu rol de padre?
Soy un padre como cualquier otro, que lleva a su hijo al colegio. Tengo una hija de quince años, tiene un papel en la película y quiero que le vaya bien en la vida, que encuentre su rumbo, lo que tenga ganas de hacer. Quiero que haga su vida, que crezca feliz, que tome buenas decisiones. Soy un padre apegado también y me gusta mucho criarla.
En “Mamá se fue de viaje” aparecen los estereotipos de la mujer como la que comprende a los hijos y del padre como aquel que solo sabe trabajar, ¿cómo te vinculás con eso?
No me vinculo bien con ese modelo. No soy así para nada. Trato de estar presente en la casa y en la crianza lo máximo que puedo, me gusta. Creo que los tiempos están cambiando respecto de los roles del hombre y la mujer, eso es correcto y está muy bien. Provoca bastantes desorientaciones en las relaciones pero siempre ganándose bien los derechos, tanto el hombre como la mujer. Me parece que hay un reposicionamiento más pragmático de cada uno de los géneros y eso me parece que está bueno.
Hay dos escenas particularmente tratadas en el film: una, relacionada con el despertar sexual de un adolescente y otra con la primera menstruación de una de las hijas, ¿desde qué lugar las construiste?
Sí, esas escenas son bien típicas, pasan en cualquier familia cuando un adolescente comienza a enfrentarse al padre en el tren de esa independencia. Eso está desarrollado de una forma bastante simpática. Y con respecto al momento en que mi hija se hace mujercita, eso está presente en la película y me preparé con cierta experiencia de vida que tengo como padre.
¿Cómo sigue tu año?
Además de seguir promocionando esta película, estoy haciendo teatro con Florencia Peña, Julieta Vallina y Rafael Ferro. Se llama “Los vecinos de arriba” en el Metropolitan. Si se da, cuando termine la temporada acá, viajaremos a Salta. Ya estuve allá con obras anteriores. He ido con “La muerte de un viajante”, con Alfredo Alcón, también o con “El placard” o con “La chica del adiós” estuve allí y es una provincia hermosa, que me encanta.
Hacés cine, TV y teatro ¿dónde te sentís más como un pez en el agua?
Depende de la calidad de la propuesta que uno encare. Si las propuestas son buenas y el personaje está bien construido, la verdad me da igual. Tiendo a ser más del cine, pero ahora con el teatro me estoy sintiendo muy bien también.