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Francisco, en la Araucanía: “La violencia llama a la violencia”

El Papa advirtió a la comunidad mapuche sobre la forma de llevar adelante sus reclamos. 
Miércoles, 17 de enero de 2018 12:20

El papa Francisco denunció ayer en Temuco el uso de la violencia en la lucha por reivindicar los derechos indígenas, en una región en tensión por el conflicto mapuche, durante una misa que dedicó a las víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet.
“No se puede pedir reconocimiento aniquilando al otro, porque esto lo único que despierta es mayor violencia y división” y “más que impulsar los procesos de unidad y reconciliación, terminan amenazándolos”, recordó el Pontífice en esta conflictiva región del sur de Chile.
“La violencia llama a la violencia”, dijo en la homilía en la que saludó “de manera especial” a los miembros del pueblo mapuche, así como a los demás pueblos originarios que viven en el país, como los rapanuis (Isla de Pascua), aymaras, quechuas y atacameños.

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El papa Francisco denunció ayer en Temuco el uso de la violencia en la lucha por reivindicar los derechos indígenas, en una región en tensión por el conflicto mapuche, durante una misa que dedicó a las víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet.
“No se puede pedir reconocimiento aniquilando al otro, porque esto lo único que despierta es mayor violencia y división” y “más que impulsar los procesos de unidad y reconciliación, terminan amenazándolos”, recordó el Pontífice en esta conflictiva región del sur de Chile.
“La violencia llama a la violencia”, dijo en la homilía en la que saludó “de manera especial” a los miembros del pueblo mapuche, así como a los demás pueblos originarios que viven en el país, como los rapanuis (Isla de Pascua), aymaras, quechuas y atacameños.

La región de La Araucanía, de la que es capital Temuco, es escenario de la lucha que libran los mapuches, la etnia más importante de Chile, que denuncia discriminación y abusos y reclama la restitución de territorios ancestrales hoy mayoritariamente en manos privadas.
Francisco, que como argentino es un gran conocedor del problema mapuche, escogió visitar Temuco (800 km al sur de Santiago) para tomar contacto directo con esta población.
Pero algunos grupos han optado por la violencia para sus reivindicaciones. Horas antes de la llegada del Papa a la región se produjo una serie de ataques contra la policía, tres iglesias católicas y una evangélica. Además, fueron destruidos tres helicópteros que utilizan las empresas forestales para apagar incendios, según las autoridades.
Estos ataques se suman a la destrucción de dos pequeñas iglesias ayer. Los autores de estos atentados dejaron panfletos en las iglesias alusivos a la demanda mapuche que exige la restitución de tierras.
La machi Francisca Linconao, la mayor figura médica y religiosa del pueblo mapuche y que se encuentra en prisión domiciliaria nocturna a la espera de un nuevo juicio por su supuesta participación en el asesinato de un matrimonio de ancianos suizos en 2013, intentó por todos los medios ver al Papa para entregarle una carta.
En la misiva, le pide al Pontífice que interceda ante el Gobierno chileno para revisar su situación procesal y asegura: “En Chile, solo a los mapuches se nos aplica la ley antiterrorista, no se nos respeta la presunción de inocencia”. 

Antes de regresar a Santiago, el Papa almorzó en Temuco con ocho representantes de la comunidad mapuche, una víctima de la violencia rural, un colono de origen suizo-alemán y un inmigrante reciente. Realizada en el Aeródromo de Maquehue, que sirvió de centro de detención y tortura durante la dictadura militar, Francisco ofició la “misa por la integración de los pueblos”, a la que asistieron unas 150.000 personas, y la dedicó a las víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet.

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