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Por Walter Octavio Chihán, médico veterinario
La enfermedad urinaria inferior (vejiga urinaria y uretra) es común en machos y hembras. Los afectados en general son presentados a la consulta con disuria (micción difícil) y polaquiuria (micción en cantidades mínimas con aumento de la frecuencia). Estos síntomas suelen estar acompañados por hematuria (sangre en orina) o micción fuera de la bandeja sanitaria (periuria).
La sintomatología mencionada se presenta en varios estados morbosos, no es específica de una entidad en particular, porque la enfermedad del sistema urinario tiene una expresión clínica restringida, cualquiera sea la causa.
En consecuencia, la presencia de estas anormalidades clínicas no debería conducir a un diagnóstico sino a la pesquisa.
Diagnóstico
Ante todo se debe hacer un diagnóstico diferencial de las distintas enfermedades que pueden presentar esta sintomatología:
- Cistitis idiopática felina
- Obstrucción uretral
- Urolitiasis (vesical o uretral)
- Tumores vesicales o uretrales (benignos o malignos)
- Estenosis de tejidos blandos en cuello de vejiga o uretra
- Enfermedad vesical o uretral neurológica
- Cistitis / uretritis traumática.
- Trauma vesical / uretral iatrogénico (sondajes, etc.)
Habría que hacer un urianálisis, en donde se debe prestar particular atención a la presencia de cristales y registrar el tipo.
Con la ultrasonografía vesical, permite identificar urolitos (cálculos urinarios) en la vejiga urinaria, en los riñones y a veces uretrales. Las masas vesicales, también se identifican con facilidad.
La radiología vesical y uretral, sirve para identificar urolitos renales, ureterales, vesicales y uretrales y se los visualiza bastante bien.
En el urocultivo, la cistitis bacteriana no es común en gatos menores de 10 años, apenas el 2% de gatos menores a ese edad, tienen urocultivos positivos. Los gatos de 10 años o mayores justifican el urocultivo.
Se puede hacer la radiografía vesical de contraste negativo, positivo o doble, los urolitos radiolúcidos, que no se detectan en la radiografía simple, pueden ser identificados con este procedimiento.
También son reconocidos por la ecografía.
El uretrograma, permite determinar la estrechez uretral por lesiones de tejidos blandos o la presencia de urolitos.
Hay otro método mucho más sofisticado que requiere instrumental especial y es la endoscopía y biopsias vesicales, este procedimiento es de especial utilidad cuando hay sospecha de neoplasia.
Las bacterias aisladas del urocultivo pueden tener origen renal. En los gatos, la pielonefritis es más probable que la cistitis bacteriana.
Por exclusión
La cistitis idiopática felina es la causa más corriente de la disuria y la polaquiuria. Si bien es un diagnóstico por exclusión, la condición no es riesgosa para la vida, en tanto no fomente la obstrucción uretral. Asimismo, se autolimita en la mayoría de los gatos en 7 - 14 días.
En consecuencia, es una práctica común diagnosticar esta enfermedad sobre la base de los síntomas clínicos solamente, y posponer la pesquisa detallada hasta que el cuadro persista durante más de 2 semanas.
Hay que tener prudencia con la palpación de vejiga urinaria distendida, la excesiva presión digital puede ocasionar ruptura vesical.
Tratamiento
La clave para resolver la disuria y la polaquiuria es identificar y tratar el problema de base.
Varias medicaciones demostraron producir alivio sintomático a la disuria. Estas abarcan antiespasmódicos, antiinflamatorios.
Pronóstico
El pronóstico depende de la enfermedad subyacente. La mayoría de las condiciones promotoras de disuria y polaquiuria son de pronóstico bueno.