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“El cine es el lugar donde más cómodo me siento“

Entrevista al guionista y director Marcos Carnevale
Martes, 25 de diciembre de 2018 15:06
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En diálogo con El Tribuno, el guionista y director Marcos Carnevale adelanta detalles de su próxima película “Razones para no ser madre” y asegura que su cine se enfoca en las minorías como “una manera de integrar a la gente, para que tenga una mirada más amplia y más sana sobre lo diferente”. Autor de Los ricos no piden permiso y realizador, entre otros de Corazón de León o Elsa y Fred, revisa su experiencia en el teatro, pero aclara que la pantalla grande es su lugar favorito.

Cerrás el año con la dirección de la obra “¡Quédate conmigo Lucas!”, con textos de Hernán Casciari ¿cómo vivís esa experiencia?

El sistema de Microteatro me entusiasmó desde el primer momento que se estrenó en Buenos Aires. Y siempre fue un gran desafío como director el hecho de tratar de hacer una obra que mantuviera la estructura de los tres actos en quince minutos, que no sea un sketch y sea una obra de teatro. Estuve dándole vueltas, y ahí tengo grandes amigas como Julieta Novarro y Mey Scápola, así que me acerqué, les comenté que tenía ganas y me dijeron que las puertas estaban abiertas. Como soy muy amigo de Hernán Casciari, me gustaba mucho este texto de él y se lo pedí y usé el montaje con Javier de Nevares y Marcos Videla, que son quienes hacen los dos personajes. En este momento tengo la obra “Sin Filtro” en Paseo La Plaza, con el Puma Goity y Carola Reyna, y es de formato grande, de teatro grande, de una hora y media. Pero trabajar con las personas a medio metro del actor, con veinte espectadores en la sala y solamente quince minutos, es realmente un desafío. Te diría que estoy aprendiendo mucho.

¿Imaginás que con este formato y la variedad de obras que tiene Microteatro, pueden en algún momento llegar a Salta y al interior del país?

La verdad es que no lo sé. Creo que Microteatro es casi un templo y no sé si han pensado ellos en la posibilidad. Deberían por ejemplo hacer una gira para hacer seis obras juntas, pero perderían el sistema. A menos que en cada lugar del país encuentren seis salitas juntas como para hacer lo mismo. Y las seis salas deberían tener las dimensiones exactas, porque las obras están pensadas para una determinada cantidad de gente, y que la distancia entre los espectadores y los actores se mantenga. Forma parte de una gran ceremonia que está muy estudiada. Creo que lo que se debería hacer, es armar un Microteatro en las capitales del interior, y usar elencos locales. Me parece que sería lo más interesante.

Tu experiencia ha ido moldeando tu personalidad? ¿O tu personalidad ya era versátil desde antes de comenzar con estos trabajos?

Es una pregunta un tanto psicoanalítica. Yo creo que es un poco y un poco. Mi personalidad inicial sigue siendo ésta, pero con experiencia y aprendizaje. Fue el motor que me trajo hasta acá y que me permitió hacer con pasión y vocación todo lo que he hecho. En el camino, he aprendido muchísimo de gente talentosísima. Tuve la suerte de trabajar con autores, productores y directores muy importantes de los que aprendí mucho y me han enseñado mucho. Voy mejorando poco a poco y creo que las películas y las obras de teatro que hago ahora, las hago mejor que antes.

¿Te genera algún tipo de responsabilidad ser casi un ícono de la televisión? 

Hubo íconos en la televisión argentina como Alberto Migré o Abel Santa Cruz. También productores como Alejandro Romay. Después la televisión tuvo un cambio muy grande cuando nació Pol-ka con Poliladron: aparecieron otros contenidos y cambió también la forma de actuar. Apareció la Cuarta pared en los decorados. Yo entré en esa camada y tuve la suerte de embocar unos cuantos programas exitosos que marcaron algún rumbo. Pero no me siento a la par de los grandes. Yo soy un gran hacedor y no podría ser otra cosa que eso.

¿En el cine te sentís en tu mejor versión respecto de la televisión, o es en esta película en particular?

 Si tengo que elegir, el cine es mi lugar favorito. La tele me encanta, la sé hacer, pero si tengo que elegir, el cine es el lugar en donde más cómodo me siento por muchas razones. Principalmente, porque la tele forma parte de un sistema en el que a veces los formatos en sí, responden a un esquema comercial que hay que respetar y en el cine hay mayor libertad, porque cuento yo la historia como quiero y hago el corte que quiero y elijo con quién.

Entre tus películas más recordadas están Elsa y Fred, Corazón de León o Anita. Estas historias hacen foco en personas a las que la industria no mira tanto, como la gente mayor o personas con discapacidad. ¿Por qué te convocan ese tipo de personajes?

Yo creo que el cine, independientemente de ser un entretenimiento, que es su función principal, tiene que servir para algo más. Me gusta crear en la pantalla un espejo para que vos te identifiques y te pongas a pensar en algo. No modificar, porque sería muy pretencioso, pero por lo menos reflexionar. Los personajes son muy de la vida, de los que encontrás en la calle, pero es verdad que siempre estoy filmando diferentes. Porque yo me siento diferente también, y es una manera de integrar a la gente y que tenga una mirada más amplia y más sana sobre lo diferente. Creo que siempre estamos separando minorías y amparándonos en las generalidades para ser aceptados y queridos, pero creo que si pudiéramos convivir con las características que cada uno tiene y elige, tendríamos un mundo mejor.

¿La generalidad tiene también un grado de crueldad?

Sí, claro. Es un lugar cómodo también. Pero en definitiva también es a veces un lugar hipócrita porque la gente termina armando una imagen sin ser lo que realmente son. Lo que tenemos que hacer es aceptar y dejar de juzgar y querer al otro con el color que trae. No hay que señalar ni condenar.

También tenés otro tipo de películas de comedia como Fútbol o yo, que vienen también muy a cuenta del último superclásico, que se disputó en España...

Ahí pasa lo mismo. Es como a veces un matrimonio de años, ya no tiene la pasión que tiene y uno de los dos se refugia con la excusa del fútbol, pero en realidad lo que está acabado es el matrimonio. Puede ser el fútbol como puede ser el juego, o como puede ser un vicio, o puede ser un trabajo. Hay gente que se la pasa viajando y de esa manera mantiene un matrimonio durante veinte años porque no estuvo casi nunca.

¿Podés adelantar algo de la película en la que estás trabajando?

Se llama Razones para no ser madre, y se trata de una mujer que por decisión no quiere armar una familia y no le interesa tener hijos. Los protagonistas son Julieta Díaz, Pablo Echarri y es una comedia dramática que profundiza sobre este tema, porque yo creo que no todo el mundo debería tener hijos, aunque el mandato cultural te diga que sí. No hay por qué tenerlos si no tenés la necesidad. Y le harían bien a los hijos y la humanidad entera, porque hay muchos padres que no deberían haber tenido. Lo digo porque es un acto de responsabilidad muy grande. La gente dice “me gustaría tener un bebé” pero no va a ser un bebé, va a ser una persona. Todos fuimos un bebé, yo fui un bebé, y Trump también fue un bebé.

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